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Más allá de los impresionantes datos sobre la estructura y la historia de la monumental pirámide de Keops, en la planicie de Gizeh (Egipto), una de las cosas más destacables de esta maravilla antigua es precisamente que es la única que ha resistido al paso de los milenios. De las siete maravillas del mundo antiguo, solo cabe la posibilidad de contemplar la Pirámide con nuestros propios ojos.
Filón de Bizancio dijo de ella: “Con obras como estas los hombres suben hasta los dioses, o los dioses descienden hasta los hombres”.
La Gran Pirámide de Gizeh es, además, la más antigua de las siete maravillas. Construida alrededor del 2570 a.C., a ojos de griegos y romanos las pirámides de Egipto eran monumentos tan maravillosos como exóticos. El ingeniero Filón de Bizancio las describió como “montañas sobre montañas.” Y añadió: “Con obras como estas los hombres suben hasta los dioses, o los dioses descienden hasta los hombres.”, absolutamente deslumbrado por las técnicas constructivas.
La gran tumba del faraón Keops, con sus 140 metros de altura, ostentó el título de edificio más alto del mundo durante 3800 años. Fue construida en la época de la Dinastía IV, y se cree que fueron necesarios 20 años para colocar los millones de bloques de piedra –de varias toneladas cada uno– que conforman la estructura, que en su tiempo contaba con un revestimiento de reluciente piedra caliza blanca. Una auténtica joya resplandeciente en mitad del desierto.
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