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La alcoba en la que el año pasado fue hallado el hermoso fresco de Leda y el cisne, lleno de colorido y sensualidad, ha reaparecido con toda su belleza originaria varios siglos después de quedar sepultada por los fragmentos piroclásticos del Vesubio: una habitación del IV estilo de Pompeya, también denominado stile fantastico en italiano, con sus delicados ornamentos florales, grifos mitológicos con cornucopias (cuernos de la abundancia), amorcillos voladores, naturalezas muertas y escenas de lucha entre animales. Además de esta alcoba refinada y sensual, las excavaciones arqueológicas en la inexplorada Región V de Pompeya han sacado a la luz una parte del atrio de esta casa lujosa ubicada en la calle del Vesubio: en una de sus paredes de vivos colores se conserva un fresco de Narciso, el joven de la mitología grecorromana que se inclinó para beber en una fuente y se enamoró de su propia imagen reflejada en el agua; quedó atrapado por ella y se consumió hasta convertirse en la flor del narciso.
"El amor y la dulzura de los sentidos, en las formas más variadas, brotan de las habitaciones de esta elegante residencia que, ya desde el pasillo de entrada, acogía a los huéspedes con la imagen vigorosa y auspiciosa de Príapo, documentada hace ya meses y comparable a aquella de la vecina Casa de los Vettii", explica el Parque Arqueológico de Pompeya en un comunicado que ha difundido hoy. En el atrio de la domus, donde se ha descubierto el fresco de Narciso, todavía hay restos visibles de la escalera que conducía al piso superior y, en un espacio de la planta baja, utilizado como depósito, destaca el hallazgo de una docena de envases de vidrio, ocho ánforas y un embudo de bronce. Y, al lado del impluvium o estanque para recoger el agua de lluvia, se ha descubierto una sítula de bronce, un contenedor para depositar líquidos o para sacar agua de los pozos.