
Nuevas pistas sobre el difunto de Anfípolis
El Ministerio de Cultura de Grecia difundió ayer las primeras imágenes de las pinturas murales halladas recientementeen los arquitrabesdel tercer espacio funerario de la tumba de Anfípolis, al norte de Grecia. Las pinturas, que se encuentran claramentedeterioradas por la humedad y el paso del tiempo, representan figuras humanas y animales. En una de las composiciones destacaun toro flanqueado por un hombre y una mujer. En otra aparecen urnas yfiguras aladas, una de ellas con el cuerpo dirigidohaciauna caldera con un trípode.Los colores originales se conservan vagamente en el tocado y en el vestido de la figura femenina.
En la rueda de prensa convocada el pasado sábado se trataron diversos temas de interés. Los investigadores aún no saben si el esqueleto hallado pertenece a un hombre o a una mujer. La mayor parte del mismoyacía en el interior de la fosa, mientras que elcráneo,la mandíbula inferior y algunos huesos se encontraban desperdigados alrededor. Nada es imposible
, respondió Katerina Peristeri, la directora de las excavaciones, acerca dela posibilidad de que sean los restos mortales de Alejandro Magno. De hecho, en la tumba de Anfípolis han aparecido unas monedas con la efigie del legendario rey de Macedonia, que murió en la lejana Babilonia en el año 323 a.C. Por otro lado, se han hallado restos de cerámica pintada del siglo IV a.C. Son tantos los trozos de cerámica que no los hemos podido ni contar
, afirmóPeristeri.
Una de las prioridades de las excavaciones consiste en el apuntalamiento de las estructuras. Al menos diez piezas del tejado se desprendieron cuando el equipo arqueológico intentó acceder a la tercera cámara. El rostro de una de las cariátides sufrió una mutilación como consecuencia de un desprendimiento en tiempos remotos. Las autoridades también explicaron que en su origen el monumento debió de estar abierto al público, pero parece ser que fue saqueado en época romana y entonces fue sellado. Los trabajos arqueólogicos en la colina de Kasta se interrumpieron durante años porque nadie contaba con nuevos hallazgos. En cambio, el saber popular parecía indicar lo contrario, pues los aldeanos se refirieron siempre a este lugar como la tumba de la reina
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