Àlex Sala
Periodista especializado en Arte e Historia del Arte
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el 3 de enero de 1924, hace ahora cien años, Howard Carter, el descubridor de la tumba de Tutankamón encontró en la cámara funeraria del faraón niño el sarcófago de cuarcita que custodiaba los ataúdes que contenían la momia real. Como todos los "maravillosos" hallazgos que el arqueólogo inglés había hecho desde que poco más de un año antes hallara la entrada sellada de la tumba, el hallazgo del sarcófago quedo perfectamente documentado gracias a sus precisas anotaciones, dibujos y las fotografías tomadas por el fotógrafo Harry Burton.
Las imágenes en blanco y negro tienen un valor inestimable pero no permitian apreciar "el brillo del oro" y los matices cromáticos de las joyas y los objetos que Carter veía por primera vez... Hasta que en 2016 la compañía británica Dynamichrome en colaboración y el Instituto Griffith de Oxford llevaron a cabo un proceso de coloreado digital de más de veinte de las imágenes tomadas hace 100 años que permite revivir las sensaciones que experimentaron Carter y sus ayudantes al penetrar en la tumba de Tutankamón y hallar los más grandes tesoros de la egiptología hallados jamás, como la máscara funeraria, el ataúd de oro macizo o el sarcófago que lo contenía.