La agencia de noticias Associated Press -AP- ha sido la galardonada este año con el premio Pulitzer por varios reportajes internacionales sobre la convincente cobertura del conflicto en Yemen y la crisis humanitaria resultante, entre los que se incluyen una serie de historias de profunda investigación, imágenes y vídeo que narran las atrocidades de la guerra. El logro, es el número 53 premio Pulitzer recibido por la organización.
Asumiendo un gran riesgo personal, la corresponsal de prensa Maggie Michael, el fotógrafo Nariman El-Mofty y el periodista de video Maad al-Zikry mostraron al mundo la tortura producida por las diferentes facciones en todos los lados del conflicto; los acuerdos secretos entre aliados de Estados Unidos y algunos militantes de Al Qaeda; y la corrupción generalizada que desviaba la ayuda alimentaria internacional destinada a familias hambrientas, empujando al país al borde de la hambruna.
Un lugar peligroso
Yemen es uno de los lugares más peligrosos del mundo para informar. Y, sin embargo, una y otra vez, este equipo se enfrentó a esos peligros para contar estas historias con todo lujo de detalles. La vicepresidenta senior y editora ejecutiva de AP, Sally Buzbee, declaró al respecto que: "el trabajo innovador de AP en Yemen ha llamado la atención del mundo sobre una de las peores tragedias de nuestro tiempo". Así, a raíz de los informes de la agencia, las autoridades ordenaron la liberación de al menos 80 prisioneros en varios enclaves expuestos por AP; un alto mando rebelde exigió una investigación sobre la tortura en las cárceles dirigidas por el grupo insurgente Houthi, y las Naciones Unidas priorizaron el envío de alimentos al remoto distrito de Aslam. La ONU además hizo pública la amenaza de cortar la ayuda área a las zonas controladas por los Houthi a menos que los rebeldes dejaran de desviar la ayuda alimentaria.
"Este equipo ejemplifica lo mejor del periodismo: un talento sobresaliente, por supuesto, pero también tenacidad, humanidad y coraje al contar estas horribles historias" explican desde AP
El trabajo del equipo a menudo fue peligroso, y requirió cruzar tensos puestos de control de la milicia y territorios en disputa patrullados por aviones no tripulados de ataque. A medida que los periodistas generaban estas potentes historias y regresaban a Yemen para realizar nuevos reportajes, se vieron obligados a tomar precauciones para evitar las represalias de los diferentes grupos armados enfadados por sus trabajos previos.
“Este equipo ejemplifica lo mejor del periodismo: un talento sobresaliente, por supuesto, pero también tenacidad, humanidad y coraje al contar estas horribles historias" declara el presidente y director ejecutivo de AP, Gary Pruitt. "Y no olvidemos que estos periodistas arriesgaron sus vidas para informar al mundo de esta horrible guerra", concluye.