Alineadas en formación de batalla, hileras de soldados de terracota de tamaño natural componen un ejército que mira hacia el este, la dirección desde donde futuros enemigos –casi siempre procedentes de reinos previamente conquistados– podían atacar. Qin Shi Huangdi, primer emperador de China, tenía motivos para preocuparse por lo que iba a suceder después de su muerte. Su estado unificado se desintegró, y sus oponentes destruyeron con espadas de bronce y otras armas muchas de las figuras del ejército de arcilla.
Museo de los Soldados y Caballos de Terracota, Xian
Publicado en junio de 2012