Álamo Gordo, Nuevo México. El 16 de julio de 1945, 15 segundos antes de las 5.30 de la mañana en el Desierto de la Jornada del Muerto, en un lugar bautizado como White Sands, el ser humano tuvo su primer encuentro con la bomba atómica. La detonación fue bautizada como "Trinity"; dícese que en referencia a un poema de John Donne por el que el líder del Proyecto Manhattan, Robert Oppenheimer, sentía una especial devoción. 

En esta fotografía podemos observar la cúpula de plasma formada tan solo 0,025 segundos después de la explosión inicial de la primera bomba nuclear detonada de la historia, la cual, igual que la lanzada tan solo un mes después sobre la ciudad japonesa de Nagasaki, empleaba plutonio como material fisionable.

Alrededor de 260 personas presenciaron la prueba, ninguna a una distancia menor de 9 kilómetros. El resultado de la misma, hasta entonces una incógnita, fue fruto de la especulación entre varios de los observadores que la presenciaron, quienes llegaron a hacer apuestas sobre el resultado de esta que iban desde el fracaso total de la misma, hasta a la ignición de la atmósfera y la calcinación de todo el planeta. 

Sobre el resultado de la detonación, años después se sabría que el periodista oficial del Proyecto Manhattan, William L. Laurence, habría escrito diversos borradores para ser publicados en el New York Times, desde el de una prueba exitosa, el que finalmente se publicó, hasta otros escenarios en los que se informaba de que todos los asistentes a la prueba habían fallecido a causa de un "extraño" y único accidente. 

La detonación produjo un cráter de vidrio verdoso bautizado como trinitita, producto del derretimiento de la arena del desierto y que fue rellenado tras el ensayo. Sobre la explosión, la cuál se elevó en el cielo de Alamogordo como un sol en mitad de la noche, se hizo saber a la opinión pública que fue producto de un accidente en un área de desecho de municiones, algo que no sería desmentido hasta algunas semanas después, tras la detonación de la bomba de Hiroshima.