Repartidas por la Vía Láctea, estas nubes de polvo y gas conocidas con el nombre de guarderías estelares, conforman el caldo de cultivo perfecto para el nacimiento de una nueva generación de estrellas.
Con una masa similar a la de 800 soles, resulta sorprendente que las partes más frías de estas nubes se organicen en filamentos como el que se aprecia en color azul en la imagen. Estos se encuentran a una temperatura de -259 ºC y corresponden a los puntos mas fríos de nuestra galaxia. Precisamente en este ambiente las nubes de gas alcanzan una masa suficiente como para colapsar, es decir, contraerse por acción gravitatoria y así formar una protoestrella.
Hoy gracias al observatorio espacial Herschel de la Agencia Espacial Europea sabemos que no se trata de una simple nube de gas, y que quizás, mientras observamos esta fotografía, en realidad estemos siendo testigos de las gestación de un nuevo conjunto de astros.