En el desierto costero del sur de Perú, enormes figuras grabadas en el suelo (una araña, un mono, un extraño animal volador…) fascinan a los viajeros aéreos desde su primer avistamiento en la década de 1920. Ahora los investigadores creen saber por qué los pueblos antiguos empezaron a trazar esos diseños hace más de 2.000 años.