En esta fotografía tomada cerca del área de Diepenbeek, cerca de Hasselt, en Bélgica, una ardilla roja inspira un diente de león cuyas semillas esponjosas se deshacen en su nariz. "La ardilla, inquisitiva, inhaló profundamente la flor silvestre durante siete segundos, como pidiendo un deseo, antes de llevársela con las semillas aún pegadas a la cara", cuenta Niki Colemont, autora de la instantánea.