
Listos para el ascenso
Examinada con lupa, se distingue una pareja perfectamente equipada para una caminata por las soleadas laderas: sus caras están embadurnadas de crema solar. «Los guías surten a los montañeros de botas claveteadas, ropa de abrigo, bastones alpinos, gafas tintadas y unturas faciales necesarias para caminar por campos de nieve y hielo –se lee en una guía del Rainier editada ese mismo año por el Servicio de Parques Nacionales–. El ascenso es tan prolongado y la altitud tan elevada que solo aquellos que se hayan preparado con antelación realizando ascensos más breves podrán aspirar a superar la hazaña con un mínimo de disfrute.»
Publicado en noviembre de 2014