La berrea es el periodo de celo del ciervo, momento único para disfrutar de esta especie en los bosques, sierras y dehesas desde el mes de septiembre hasta finales de octubre, dependiendo de la latitud y de la zona.

Los machos de ciervo más sanos y los que se encuentran en su máximo esplendor emiten este sonido gutural, junto con las luchas con otros grandes machos, donde miden su fuerza para marcar el territorio y atraer así a grandes grupos de hembras para su reproducción. Las astas están presentes solo en los machos y evolucionan creciendo de manera progresiva hasta más o menos tres cuartas partes de su vida, las cuales pierden y les vuelven a crecer cada año.

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Esta imagen realizada en la finca El Millaron en Extremadura, se ha tomado desde un pequeño vehículo que atraviesa los distintos territorios de la finca. Al observar a este gran ciervo en la lejanía, gracias a su sonido berreando, nos acercamos lentamente colocándonos relativamente cerca sin molestar al individuo.

En este caso, la imagen se realiza sin trípode a pesar de llevar un gran teleobjetivo. Para conseguir la estabilidad y no trepidar la imagen, apoyamos la lente desde el interior del vehículo para minimizar al máximo posible el movimiento propio de nuestra respiración y vibración del cuerpo.

Los datos de la toma son ISO 1600; f/5,6; 1/500 seg; prioridad de apertura; distancia focal 850 mm en 35 mm; cámara Sony A1; objetivo Sony 600 mm; multiplicador 1.4X

Hay que estar perfectamente colocados en paralelo con respecto al animal para captar a la perfección el perfil, la espectacular cornamenta casi tocando el lomo, la lengua vibrando y los ojos prácticamente cerrados hace que le podamos oír berreando a través de la imagen. Se dispara a ráfaga, es de vital importancia, ya que foto a foto nos perderíamos quizás el momento más crucial del berreo. Si obtenemos unas 20 imágenes en la serie la seleccionada es la del instante más álgido.

El procesado de la imagen es prácticamente cero, leve corrección de los niveles básicos, ya que la luz del momento es idónea. Al tomar la fotografía con un gran teleobjetivo y abriendo al máximo el diafragma, f/5,6, se logra ese desenfoque del entorno tan atractivo, que a su vez hace destacar al sujeto principal en este impactante retrato.

La importancia del fondo, separado del sujeto y con un resultado limpio, sin distracciones, enmarca perfectamente la figura del ciervo, y a su vez describe el entorno donde sucede la acción. Si se puede resumir en una toma esta época del año tan espectacular, es sin duda la potencia de un retrato de un macho de ciervo con su gran cornamenta berreando en la dehesa.

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