Irpin, una ciudad dormitorio de unos 60.000 habitantes situada en el norte de Kiev, se ha convertido en uno de los focos más castigados por los bombardeos a la capital de Ucrania. A principios del mes de marzo, los medios de comunicación de todo el mundo recogían una escena estremecedora: una familia que huía de las tropas rusas había sido sorprendida a medio camino. El puente por el que escapaban era uno de los objetivos principales de las tropas rusas, con lo que quedó completamente destruido, y con él, las esperanzas de muchos de sus habitantes.