Leopardo de las nieves

En las cumbres del Himalaya

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Un año entre felinos/Leopardo de las nieves

Por Andoni Canela

El leopardo de las nieves es una de las especies más misteriosas del planeta y uno de los grandes felinos menos estudiados. Se trata de un animal realmente esquivo y, por lo tanto, muy difícil de ver. Al leopardo de las nieves (Panthera uncia), se le conoce también como pantera de las nieves y solo vive en libertad en las montañas de Asia central. Su pelaje espeso le permite sobrevivir a grandes alturas, donde las temperaturas llegan a ser extremadamente frías, mientras que sus tonos grisáceos y sus grandes manchas negras le permiten camuflarse perfectamente en el hábitat rocoso donde vive.

 

SEMANA 1. En busca de la pantera

Observar un leopardo en las montañas del Himalaya era un sueño desde hacía años. Antes de ir a su encuentro, ya conocía que se movía por barrancos imposibles y a grandes altitudes, pero estas dificultades no frenaban mi ansia por ver a este felino salvaje, aunque fuera desde la lejanía, sino que acrecentaban mis deseos. Con ese sueño viajo a la región de Ladakh, a las montañas del Himalaya del norte de India, muy cerca de la frontera con el Tíbet. Allí muchas cumbres superan los 6.000 metros de altura, lo que convierte mi llegada en avión a Leh, la ciudad más grande de Ladakh, en un espectáculo natural inabarcable con la vista.

LADAKH

Tras casi dos días de viaje desde España, llego finalmente a Ladakh, un estado indio de reciente creación (hasta hace poco era solo una región del Estado de Jammu y Cachemira). Al sur de Leh, la capital del nuevo Ladakh, se encuentra el Parque Nacional de Hemis. El norte del Parque limita en gran medida con la orilla del gigantesco río Indo, uno de los más importantes de Asia con sus 3.180 km de longitud. El área natural incluye una pequeña parte de la cordillera Zanskar y las cuencas de varios ríos como el Rumbak y el Sumdah. Se trata una zona protegida de gran tamaño y es el único parque nacional de la India situado en el Himalaya. Por suerte también es una de las áreas protegidas más grande del subcontinente, donde conviven una gran cantidad de barales y de leopardos de las nieves, que comparten territorio con pequeñas comunidades que viven de una manera muy básica y tradicional. De hecho, el Parque Nacional de Hemis es conocido en todo el mundo por disponer de la mayor densidad de leopardos de las nieves del planeta. Con varios días por delante, cruzamos los dedos para conseguir nuestro objetivo: disfrutar de la presencia de este felino tan esquivo y fascinante.

Paisaje árido típico de Ladakh, en la zona del Himalaya del norte de India.
Foto: Andoni Canela

Desplazarse por estas montañas es complicado, especialmente por encima de los 4.000 metros. De hecho, es duro, muy duro. Son cumbres excepcionalmente escarpadas, con pendientes brutales, donde ya no hay árboles. En muchas zonas, el paisaje es extremadamente árido; se asemeja mucho a un desierto. Es tan agreste y rocoso que parece imposible que allí pueda crecer hierba alguna. El territorio tan hostil donde viven los leopardos de las nieves me plantea dudas sobre cómo consiguen sobrevivir.

Están en un terreno tan abierto que parece imposible que puedan acercarse a sus presas sin ser detectados. Es muy probable que esa sea la razón de que estos leopardos sean aquí más nocturnos pues, aunque se mueven en las horas cercanas al crepúsculo y al amanecer, como la mayoría de los grandes felinos, varios estudios y observaciones han demostrado la alta actividad de este animal durante la noche.

El leopardo de las nieves es especialmente activo al atardecer y durante la noche.
Foto: Andoni Canela

PARQUE NACIONAL DE HEMIS

El telescopio es fundamental para localizar a los leopardos, a simple vista es casi misión imposible detectarlos. Las grandes dimensiones de estos valles hacen que las distancias sean enormes y que sean necesarias ópticas potentes para buscar a los felinos. La manera ideal es de ladera a ladera, y también mirando en los collados y las partes altas de la montaña.

Viajo junto a Sonam, un nativo de estos valles con mucha experiencia con los leopardos de las nieves. Vive en pequeña aldea a tres horas de Leh y conoce muy bien estas montañas. Sabe identificar a los leopardos, tanto por sus rastros como cuando apenas son un pequeño punto inmóvil entre las rocas. En las siguientes semanas pasaremos varios días juntos recorriendo el Parque Nacional de Hemis; el valle del río Rumbak y la zona alta de valle de Ulley (este fuera del parque), dos lugares ideales para buscar leopardos de las nieves.

Una pequeña aldea en el Parque Nacional de Hemis, en la región de Ladakh.
Foto: Andoni Canela

SEMANA 2. Terreno extremo

La mejor manera de encontrar leopardos de las nieves es, primero, localizar a sus presas. Dependiendo del lugar donde vivan, cazan distintas especies. Depredadores sigilosos, son capaces de abatir animales que superan hasta tres veces su propio peso. Sus piezas preferidas son los ungulados de montaña como los barales (carneros azules), los íbices, los muflones, los argalis, los uriales y los ciervos de varias especies, aunque en ocasiones, cazan yaks y ganado doméstico, como vacas, ovejas o cabras, además de marmotas, liebres y aves diversas.

 

Íbices del Himalaya saltando de roca en roca, buscando alimento, al amanecer.
Foto: Andoni Canela

EN ASIA CENTRAL

El leopardo de las nieves habita en las montañas de Asia central, principalmente en el Himalaya y la meseta tibetana, entre 3.000 y 5.000 metros de altitud. En otros países, como Mongolia, vive en cotas mucho más bajas. La mitad de los leopardos se encuentran entre el Tíbet y China. El resto, en Mongolia, India, Pakistán y Nepal, con una pequeña población en Bután, Kirguistán, Kazajistán, Afganistán y Tayikistán.

La mitad de los leopardos de las nieves se encuentran entre el Tíbet y China. El resto se reparten entre los países colindantes a estos.

LA PRIMERA PANTERA

Llevamos más de ocho horas de observación continua, sin apenas paradas. El viento comienza a soplar y el sol está a punto de desaparecer entre las montañas. Sonam mira hacia las partes más altas de las montañas, mientras yo observo con obsesión hacia la ladera de enfrente un grupo de íbices del Himalaya. Pienso que encontraré un leopardo agazapado esperando que pase un de estos animales herbívoros para darle caza. En zonas de las montañas de Ladakh, donde escasean los corderos azules, el íbice del Himalaya es la presa principal de los leopardos. Esta cabra montesa vive en diferentes zonas de Asia y es la más grande y pesada del género Capra. Puede alcanzar los 150 kilos. Aunque existen dudas sobre sus diferentes subespecies, tradicionalmente, se ha tratado como una subespecie de la cabra montés siberiana.

En las montañas de Ladakh escasean los corderos o carneros azules del Himalaya, también conocido como barales.
Foto: Andoni Canela

Cada vez hace más frío. Sonam, a media voz, aunque emocionado, me dice: "¡Leopardo, leopardo! ¡Allí arriba!". Me fijo hacia donde enfoca su telescopio y descubro al esquivo felino. Falta media hora para que se haga de noche y vemos como el leopardo se mueve lentamente. Camina sobre la nieve en el techo del mundo. Realizamos las observaciones desde una gran distancia, desde más de un kilómetro, pero la belleza y la emoción es intensa. El leopardo caminando por riscos vertiginosos; su pose elegante y sus movimientos ágiles transmiten una gran fuerza. Se aprecia la silueta compacta de la pantera. Camina por encima de la nieve balanceando su larga cola. Se encuentra en torno a los 5.000 metros de altitud, en un collado, entre picos todavía más altos. Se han registrado datos que demuestran la presencia de leopardos de las nieves a una altitud superior a los 6.000 metros.

CORDEROS AZULES

En muchas zonas, la pantera de las nieves está especializada en cazar a los inofensivos corderos azules. El cordero o carnero azul del Himalaya, también conocido como baral, es una especie de cabra de color grisáceo que se mimetiza perfectamente con las rocas del entorno. Según las condiciones de luz y del cielo, adquiere una tonalidad azulada. Tanto los machos como las hembras, poseen cuernos. Permanecen activos durante todo el día y se alimentan de hierbas, ramas y arbustos.

SEMANA 3. El frío de las cumbres del Himalaya

Una tarde después de un día tranquilo y soleado, el viento comienza a soplar y el sol desaparece tras las montañas. La temperatura se desploma a 20 grados bajo cero lo que nos demuestra que el mercurio en estas montañas pueden cambiar mucho de un a jornada a otra, incluso durante el mismo día y más si tenemos en cuenta la sensación térmica que provoca el viento frío.

LA FISIONOMÍA DEL LEOPARDO

En el pasado, el leopardo de las nieves fue clasificado dentro de un género propio (Uncia). Más adelante se le incluyó en el género Panthera, tras la información ofrecida por diversos análisis genéticos. Más allá de la designación técnica científica lo que sí es evidente es que tiene muchos aspectos en común con el resto de los grandes felinos Panthera, aunque se diferencia de ellos porque es el único gran felino que no puede rugir.

El leopardo de las nieves es la única especie del género Panthera que no puede rugir.

Las plantas de sus pies están cubiertas de piel, son muy anchas y actúan como raquetas de nieve naturales. Tiene unas patas musculosas que están capacitadas para dar saltos enormes, de más de catorce metros y destaca especialmente por su majestuosa y larga cola. Muy peluda y de casi un metro de largo, le sirve para mantener el equilibrio mientras se desplaza, entre los riscos escarpados, pero además le proporciona protección adicional contra el frío. Muchas veces he podido ver como se envuelve la cabeza con ella como si fuera una suerte de bufanda que le protege del viento y la luz mientras duerme o descansa.

Los leopardos de las nieves están perfectamente adaptados a la nieve, la altitud y el frío.
Foto: Andoni Canela
La cola del leopardo de las nieves le permite protegerse del frío y mantener el equilibrio en las zonas escarpadas de la montaña.
Foto: Andoni Canela

 

MIMETISMO TOTAL

El camuflaje es una de las cualidades más fascinantes de todos los grandes felinos, pero la capacidad mimética del leopardo de las nieves va un paso más allá. He visto cómo unas rocas se convertían en un animal peludo de cuatro patas mientras que justo antes de la trasformación, cualquiera hubiera jurado que se trataba de una roca inerte más del paisaje.

Eso pasó varias veces en una misma tarde: aparición, “mutación” y desaparición. Primero, un leopardo surgió de la nada en un barranco vertiginoso. Con los prismáticos observaba como se movía y de repente... se detuvo. ¿Dónde estaba? Era imposible verlo. Ni con prismáticos, ni con telescopio. El leopardo se había camuflado a la perfección con ese paisaje rocoso tan típico de estas zonas de Ladakh. También se había fusionado con la iluminación del momento, que parecía que se había confabulado para ayudarle a pasar desapercibido. Vimos cómo se movía y, a continuación, se perdía entre los marrones, ocres y naranjas de las rocas. Sus manchas se convirtieron en piedras. Estos felinos son auténticos maestros del camuflaje. Es una de sus señas de identidad, de su estrategia de caza y supervivencia.

Vimos cómo se movía y, a continuación, se perdía entre los marrones, ocres y naranjas de las rocas. Sus manchas se convirtieron en piedras. Estos felinos son auténticos maestros del camuflaje.

SEMANA 4. Estatus e Historia

Amanece en una mañana muy fría con el cielo despejado. La nieve de la noche anterior ha dejado un paisaje fascinante y el viento se ha llevado las nubes. Un quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) sobrevuela por encima de un grupo de carneros azules. Buitres del Himalaya (Gyps himalayensis) ascienden con facilidad gracias a las primeras corrientes térmicas. En el fondo del valle aparecen dos lobos tibetanos. El lobo tibetano es una subespecie de lobo que habita en el Himalaya y en la meseta tibetana.

Estos ejemplares tienen un color pardo en el lomo y casi blanco en​ la parte inferior cuya claridad me sorprende y me recuerda a los lobos árticos, una especie también perfectamente adaptada al frío. Estos lobos del Himalaya están perfectamente adaptados a las bajas temperaturas invernales gracias a su pelaje parecido a la lana tupida de las ovejas y aunque las diferencias entre estos y los perros son evidentes, algunos estudios científicos han postulado que se trata del ancestro más probable del perro doméstico actual.

UN LEOPARDO CON SUS CACHORROS

Pasan las horas y, en una zona de rocas, vemos un leopardo que camina dando pequeños saltos. Afinamos la vista con el telescopio y nos encontramos con una sorpresa: una madre leopardo que camina con sus dos cachorros y de inmediato entendemos el porqué de los saltos. El terreno es irregular y para moverse entre las rocas enormes deben saltar de una a otra. En un momento dado, la madre decide pararse y tumbarse. Por lo que apreciamos en la distancia, recuesta su cabeza sobre la cola y se dispone a dormir. Entonces, los dos cachorros de unos dos años se ponen a jugar y a saltar el uno encima del otro. Disfrutamos de esos juegos juveniles hasta que los jóvenes leopardos deciden también que es hora de dormir. Cada uno en una parte de la roca, se hacen una bola, se convierten en piedra y se duermen como algunos minutos antes lo había hecho su madre.

EL FUTURO DEL LEOPARDO DE LAS NIEVES

El leopardo de las nieves figura como "vulnerable" en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN. Se estima que hay entre 6.000 y 8.000 leopardos en estado salvaje, aunque el número exacto es imposible de conocerlo, pues son extremadamente complicados de censar. La especie sufre la caza como represalia por parte de los habitantes locales debido a los ataques al ganado. Además, se los atrapa para vender su piel, huesos y otras partes del cuerpo utilizadas como remedios tradicionales en Asia en el mercado ilegal. De hecho, cada año se abaten ilegalmente más de 400 individuos, pues, por ejemplo, una piel de leopardo puede superar los 15.000 € en el mercado negro. Otras amenazas que se ciernen sobre esta majestuosa especie son el cambio climático y su efecto sobre las montañas y el deshielo, con la consiguiente pérdida de hábitat.

Junto a Sonam, vamos a Leh a visitar al doctor Pankaj Chandan, responsable del proyecto Paisajes del Himalaya Occidental de WWF-India. Pankaj trabaja en coordinación con el Departamento de Protección de la Vida Silvestre de Ladakh y llevan varios años desarrollando diferentes medidas para la conservación del leopardo de las nieves. El principal objetivo es reducir el conflicto con los habitantes de estas áreas siendo la primera medida la de evitar el ataque de los leopardos al ganado.

Viajamos a un pequeño pueblo cerca del río Indo, a un par de horas de Leh. Allí podemos ver en qué consiste una de las claves para evitar que los habitantes locales maten a los leopardos, una especie de corrales de alambre y malla gruesa que puedan mantener a vacas, terneros y cabras a salvo de los depredadores, de los leopardos y al mismo tiempo de los lobos. En ocasiones son mallas de hierro y, otras veces, muros de cemento, pero en ambos casos cumplen su función: evitar que los felinos tengan acceso a los animales. De esta manera tan sencilla, en muchas zonas donde había un gran conflicto se ha logrado acabar totalmente con los ataques.

EL ESPÍRITU DE LA MONTAÑA

En la parte norte de estas montañas y valles, toda la población es tibetana y de religión budista. Para ellos y para los pueblos de Asia central, el leopardo de las nieves posee un componente sagrado y misterioso. Ha sido venerado por los budistas durante milenios. En Mongolia, le llaman el “espíritu de la montaña” y dicen que solo llegan a verlo las personas felices. Eso seguro que es discutible y subjetivo, pero os aseguro que ver a un leopardo de las nieves en estas montañas ofrece momentos de absoluta felicidad.