Asturias tiene varios símbolos: su naturaleza hipnótica, sus bosques, el verde, el bravo océano… y a su lado, las minas, que representan el auge de la actividad industrial en el norte de España. Sus reservas incluyen carbón, sí, pero también oro que explotaron los romanos y que aún se produce, hierro, cobre, cobalto, wolframio o espato fluor. Este uso de la tierra que propició el desarrollo de la siderurgia y la metalurgia ha marcado el territorio, sus transportes, el puerto, el desarrollo del ferrocarril. Conocer el impacto y la importancia de esta actividad en un entorno natural es necesario para conocer mejor Asturias.
Es por esto que el pasado 1 de julio invitamos a los suscriptores de National Geographic a vivir una experiencia única en este territorio para visitar en exclusiva dos lugares emblemáticos: el ecomuseo Valle de Samuño, en Langreo y el Musi, Museo de la Siderurgia.
Dos museos muy especiales
En el Ecomuseo Valle de Samuño, un tren minero nos llevó desde la estación de Cadaviu y a lo largo de dos kilómetros hasta descender a 32 metros bajo tierra; después, mediante un ascensor, desembarcamos en la plaza del Pozo San Luis. En el Musi, Museo de la Acería, un singular edificio en forma de cono de 45 metros de altura, nos trasladamos a una época y un territorio marcados por la fabricación del acero.