En la disciplina de la fotografía macro, el fotógrafo hace un ejercicio de observación minuciosa del entorno en el que va a trabajar. Es una fotografía pausada que requiere de la preparación previa de cada imagen para obtener buenos resultados, ya que tanto el encuadre como la composición son cruciales. 

En la naturaleza, un insecto o una hormiga llenarán completamente el encuadre de la imagen. En el caso de fotografía de producto, unas frutas pequeñas se verán mucho más grandes que su tamaño real. Al empezar a trabajar, el fotógrafo verá cómo se despliega ante él un universo infinito de producción fotográfica en el que un jardín pequeño o incluso los productos de la nevera permitirán crear un sinfín de imágenes. 

Material para la fotografía macro

El material esencial necesario para hacer fotografías macro es una cámara con la mayor calidad de archivo posible a formato completo y una lente específica, un objetivo macro. Los objetivos normales tiene una distancia mínima de enfoque que hace que, cuando el fotógrafo se acerca demasiado al sujeto, este deja de enfocar. En cambio, los objetivos macro se caracterizan por tener una distancia mínima de enfoque muy pequeña, lo que permite al fotógrafo acercarse mucho al objeto. 

Estos objetivos suelen ser de 90 mm o 100 mm. Además de ser perfectos para las fotografías macro, también se pueden utilizar para hacer retratos, ya que son lentes fijas a 2.8 de luminosidad que darán muy buenos resultados de calidad de imagen y de bokeh (o desenfoque). 

Antes de disparar, es importante comprobar que el foco de la imagen no se ha movido.

En este caso, el uso de trípode será obligatorio. Tendrá que ser lo más estable posible y disponer de una gran flexibilidad y movilidad en patas y columna. La rótula elegida también será una pieza crucial, ya que aportará una estabilidad total para que la cámara no cabecee en posiciones complicadas. Tendrá que aguantar bien tanto el peso de la cámara como el del objetivo. Además, el trípode facilitará el trabajo a la hora de componer la imagen, cosa esencial en este tipo de fotografía en la que cada milímetro importa. 

Flor
Foto: Antonio Liébana

Lentes específicas macro para acercarse al sujeto.

El enfoque es clave en la macrofotografía

Cuando la profundidad de campo es mínima, trabajando por ejemplo a f/2.8, un pequeño movimiento de la cámara o simplemente los pasos en el suelo harán que el foco de la imagen se pierda. Fijar bien el encuadre elegido con la rótula, un disparador inalámbrico o uno de cable, hará que el foco se mantenga.

Al ser una fotografía que requiere tiempo, hay que controlar muchos parámetros antes de disparar. Uno de los más importantes es, precisamente, comprobar que el foco de la imagen no se ha movido. Cuando se trabaja en exteriores, habrá que ir con cuidado con el viento y esperar al momento idóneo para fotografiar, utilizando el apoyo de uno o dos flashes de mano para contrarrestar el posible movimiento y la trepidación que pueda provocar el aire. 

Mariposa
Foto: Miry Fidalgo

Análisis del entorno para adentrarse en el mundo macro.

Iluminación en fotografía macro

El objeto se puede iluminar con luz natural o artificial. En el caso de los insectos, si la luz natural es escasa, lo mejor será utilizar un flash de mano de apoyo, colocado a 45 grados del sujeto aproximadamente, y un reflector blanco para rebotar la luz del flash al otro lado. 

La luz se mide al fondo para que salga la medición deseada. Por ejemplo, en el caso de un insecto en una pradera verde, será necesario fijar un diafragma f/8 para ampliar la profundidad de campo y analizar qué velocidad de obturación es necesaria para sacar el fondo con el verde deseado. 

En la fotografía macro, cada pequeño detalle cuenta, tanto del objeto principal como del fondo.

Si la velocidad seleccionada es muy lenta, 1/14 por ejemplo, el flash servirá para congelar la imagen e iluminar el sujeto principal. Esto variará dependiendo de la distancia a la que lo coloquemos y de la intensidad utilizada. 

Si se trabaja con producto en interiores, es muy normal hacerlo cerca de una ventana (si hay buena calidad lumínica) con un reflector al otro lado y, en ocasiones, también encima del sujeto para mitigar las sombras indeseadas. Si utilizamos un flash, necesitaremos el mismo esquema de iluminación.

Como se trabaja en aumento, será imprescindible cuidar al máximo tanto la escena como el fondo. En este tipo de fotografía, hasta el mínimo detalle cuenta

Comida
Foto: Antonio Liébana

Fotografía macro en fotografía de producto o alimentación.

Trucos: 

  • En este tipo de imágenes, el enfoque es la clave.
  • El objetivo macro se puede utilizar para otras disciplinas como el retrato.
  • La luz se puede rebotar con un reflector. 
  • Es recomendable investigar el entorno para ejercitar el ojo fotográfico.
  • Utilizar siempre el trípode y un ISO lo más bajo posible.