El cainismo, un tipo de conducta agresiva por la cual los hermanos mayores de determinadas especies animales matan a los pequeños para zanjar cualquier tipo de competencia por la comida o por la atención parental, es algo que las lechuzas comunes (Tyto alba) no practican. Es más, se ha observado que los ejemplares más mayores de una misma pollada, que puede estar compuesta por unos seis polluelos de diferentes tamaños al haber nacido en días distintos, incluso ofrecen alimento a los más peques a cambio de que estos los acicalen. Así lo constató un estudio reciente llevado a cabo en Suiza por un equipo científico liderado por la bióloga evolutiva Pauline Ducouret, de la Universidad de Lausanne.
Los científicos grabaron en vídeo a cada cría durante dos días y noches para comprender cómo interactuaban entre sí y colocaron una pequeña mochila con micrófono a cada polluelo para identificar las llamadas individuales. Tras observar y grabar a 27 crías de lechuza, vieron que los pollitos más jóvenes tendían a asear a los más mayores, y que estos, a cambio, les ofrecían un poco de su comida. Ducouret afirma que este comportamiento reporta a los hermanos mayores beneficios directos e indirectos. Por una parte, el acicalamiento les provee de protección contra pulgas y piojos, y por otra, ese altruismo hacia sus hermanos menores redunda en asegurar la supervivencia del patrimonio genético de su familia.
Eclosiones asíncronas
En las lechuzas comunes y en otras muchas especies de aves son comunes las eclosiones asincrónicas. Es decir, que aunque la madre realiza la totalidad de su puesta a lo largo de varios días, empieza
a incubar desde el huevo número uno. Por eso cuando nace el último pollo, el primogénito ya ha crecido un poco, por lo que la diferencia entre grandes y pequeños es significativa.
Este artículo pertenece al número de Marzo de 2021 de la revista National Geographic.