Los resultados del estudio realizado por un equipo de científicos del Imperial College de Londres han corroborado algo que ya sabíamos, aunque a algunas personas les fastidie aceptar: entre los animales, el comportamiento homosexual no es en absoluto inusual. Durante tres años, los investigadores estudiaron a un grupo de 236 machos de macacos Rhesus (Macaca mulatta) del que tenían un registro genealógico que se remontaba hasta 1956, que viven en libertad en una colonia de 1.700 monos en la isla tropical de cayo Santiago, en Puerto Rico. Daescubrieron varias cosas. Por una parte, que la mayoría de los machos tenía un comportamiento bisexual. Sin embargo, practican más sexo entre ellos que con las hembras. «Observamos que el 72 % montaba a otros machos, mientras que solo el 46% montaba a hembras», dice el autor principal, Jackson Clive, en la web del Imperial College. También averiguaron que los gustos sexuales son hereditarios, por lo que este comportamiento podría tener una base evolutiva.

¿Puede presentar alguna «utilidad» la homosexualidad para los machos de macaco Rhesus? Cabría suponer que los que la practican invierten menos tiempo y energía en reproducirse, lo que va asociado a tener menos descendencia. ¿Entonces? Resulta que los machos que copulaban entre sí tendían a apoyarse mutuamente en los conflictos, es decir, estrechaban lazos entre ellos, lo que puede redundar en beneficios durante la competición por las parejas y la comida. Tal vez, añade Clive, este podría ser uno de los beneficios sociales que obtienen estos macacos en la isla del Caribe, cuyo comportamiento está influido por múltiples factores genéticos y ambientales. 

Este artículo pertenece al número de Octubre de 2023 de la revista National Geographic.

 

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