Hermosos y frágiles, los arrecifes de coral de todos los mares tropicales del mundo se enfrentan a la triple amenaza del cambio climático, las tormentas y el blanqueamiento. Pero ahora los turistas también pueden ayudar a restaurarlos prestando su apoyo a diversos programas de replantación de corales.
Paola Rodríguez-Troncoso, Exploradora de National Geographic, ha trabajado en un programa mexicano que replantó más de 6.000 fragmentos de coral de forma sostenible durante seis años. En este proyecto los buzos descienden al lecho marino para recoger fragmentos arrancados de los arrecifes por los temporales o las marejadas. Luego anclan los pedazos sanos a los sustratos de los arrecifes de la misma zona o de áreas vecinas. Es un proceso que varía en función de la ubicación. Por ejemplo, en algunas áreas donde los arrecifes rodean lagunas, como en la Polinesia Francesa (abajo), los fragmentos coralinos se disponen en unos viveros submarinos para que se recuperen antes de replantarlos.
Complejos turísticos y colectivos de conservación empiezan a educar a los visitantes y a implicarlos en estas iniciativas. Para evitar programas que puedan hacer más mal que bien, Rodríguez-Troncoso advierte contra cualquier iniciativa de arrancar deliberadamente trozos de corales sanos o que no cuenten con las autorizaciones pertinentes. Aunque los fragmentos replantados crecen con lentitud, cada uno de ellos puede integrarse en el arrecife y formar parte del mismo durante los varios siglos que tienen de vida. «Esa semillita será una gran ayuda», dice la bióloga marina.
Este artículo pertenece al número de Marzo de 2020 de la revista National Geographic.