Año tras año, cuando el otoño toca a su fin en Alaska, Ryota Kajita sale en busca de los primeros hielos invernales. Este fotógrafo de origen japonés afincado en Fairbanks cree que «todo, hasta lo que parece más insignificante, está conectado con aspectos más amplios de nuestra Tierra». Un buen ejemplo, dice, es el hielo que se forma sobre charcas y lagos antes de que quede sepultado por la nieve.
Foto: Ryota Kajita
Kajita lleva tomando fotografías del hielo desde 2010 para su proyecto Ice Formations («Formaciones de Hielo»). Le fascinan los patrones geométricos que distingue en él: espumosos campos de burbujas bajo la superficie helada, espolvoreados de cristales de nieve y hielo. Muchas fotos son composiciones de burbujas congeladas de metano y dióxido de carbono que han quedado atrapadas.
Foto: Ryota Kajita
Aunque disfruta fotografiando estas formaciones, su existencia le preocupa. Conforme las regiones septentrionales del planeta se calientan, la fusión del permafrost se acelera y, por ende, se libera mayor cantidad de metano, un dañino gas de efecto invernadero.
Fotos: Kyota Kajita
Kajita espera que quienes vean sus fotos se sientan «conectados con la naturaleza» y que esa conexión les ayude a «enfrentarse a problemas de mayor calado, como el cambio climático».
Este artículo pertenece al número de Marzo de 2020 de la revista National Geographic.