Momentos de descubrimiento
Collage fotográfico de Neil Jamieson
Momentos de descubrimiento

FUENTES FOTOGRÁFICAS DE LA ILUSTRACIÓN: (1) NATIONAL GEOGRAPHIC TELEVISION (2) RICHARD HEWITT STEWART (3) IRA BLOCK (4) MARK FISHER (5) ROBERT F. GRIGGS (6, 35) JIM RICHARDSON (7) MARK THIESSEN (8) MIKE HETTWER (9) ANDREW HENDERSON (10) ROBBIE SHONE (11) ROBERT I. M. CAMPBELL (12) CHARLES Y ANNE LINDBERGH (13) WAYNE LAWRENCE (14) JIMMY CHIN (15) ANDY MANN (16) EMORY KRISTOF (17) BRENT STIRTON, GETTY IMAGES (18, 19) ROBERT E. PEARY (20) CHARLIE HAMILTON JAMES (21) GERLINDE KALTENBRUNNER (22) BEVERLY JOUBERT (23) KENNETH GARRETT (24) HUGO VAN LAWICK (25) RODNEY BRINDAMOUR (26) BLACK STAR
(27) DAVID DOUBILET (28) PAUL NICKLEN (29) COURTNEY PLATT (30) BRADFORD WASHBURN (31) JACQUELINE FAHERTY (32) GEORGE F. MOBLEY (33) COLE SARTORE (34) MATTHIEU PALEY (36) MICHAEL NICHOLS (37) FOTOGRAMA DE FALKLANDs heritage maritime trust, NATIONAL GEOGRAPHIC (38) HARRIET CHALMERS ADAMS (39) BIANCA LAVIES (40) JOHN TEE-VAN (41) M. WILLIAMS WOODBRIDGE

momentos de descubrimiento

National Geographic lleva 135 años divulgando las maravillas del mundo y apoyando a personas que, con una mezcla de imaginación audaz, preparación meticulosa y experimentación creativa, han llegado más profundo, más alto y más lejos de lo que se creía posible.

1. Sylvia Earle sonríe desde un sumergible mientras un buzo despliega la bandera
de National Geographic Society. Earle, una de las mayores expertas en océanos, acumula más de 7.000 horas de buceo, movida por el afán de concienciar sobre la protección de la vida marina: «Si la gente no la conoce, es imposible que le importe», dice.

2. National Geographic colaboró en la década de 1930 con el Cuerpo Aéreo del Ejército de Estados Unidos para enviar globos a la estratosfera. La iniciativa batió el récord de altura de vuelos tripulados (22.066 metros) y captó la primera imagen de la curvatura de la Tierra.

3. Desde 1974 los arqueólogos han hallado miles de soldados de terracota en el túmulo funerario del primer emperador de China. Los escultores de hace 2.000 años combinaron cabellos, tocados y facciones para hacer a cada guerrero único.

4. En 2019 un equipo de expedicionarios instaló una estación meteorológica –a la sazón la más alta del mundo, a 8.430 metros– a escasos metros de la cumbre del Everest. Funcionaba con paneles solares y enviaba los datos vía satélite.

5. Patrocinado por la Sociedad, el botánico Robert Griggs exploró las secuelas de la erupción volcánica del Novarupta en 1912, la mayor jamás registrada en Alaska. Griggs descubrió y dio nombre al nuevo valle de las Diez Mil Fumarolas, una cuenca tapizada de cenizas que se llena de los vapores expulsados por las grietas del suelo.

6. La isla de Pascua, uno de los lugares habitados más remotos del mundo, alberga más de mil monolitos de varias toneladas de peso, los llamados moáis.

7. El paleoartista John Gurche tardó 700 horas en reconstruir a partir de escáneres de huesos fósiles la cabeza de un Homo naledi, pariente de los humanos que vivió hace 300.000 años. Su hallazgo en 2013 en una cueva de Sudáfrica redibujó nuestro árbol genealógico ancestral.

8. Utilizando huesos recién hallados en el desierto de Marruecos, el Explorador de National Geographic Nizar Ibrahim y su equipo recrearon un esqueleto completo de Spinosaurus. El único espécimen que había de este depredador fue destruido en la Segunda Guerra Mundial.

9. Pentre Ifan, una cámara funeraria de la Edad de Piedra sita en el oeste de Gales, estuvo en su día cubierta por un túmulo. Es probable que sus piedras lleven ahí 5.000 años.

10. En Abjasia, Georgia, una expedición que en 2018 pretendía llegar al fondo de Veryovkina –la cueva más profunda del mundo– estuvo a punto de acabar en tragedia cuando una crecida obligó al equipo a evacuar. Entre unas aguas que no paraban de subir y una cascada infranqueable, el equipo permaneció atrapado durante 16 horas.

11. Cuando murió en 1985 en un asesinato aún sin esclarecer, la primatóloga Dian Fossey llevaba casi 20 años estudiando a los gorilas de montaña en Ruanda y luchando por su protección.

12. En 1934 la aviadora Anne Lindbergh había recorrido casi 64.000 kilómetros por los cinco continentes con su marido, Charles. Fue la primera mujer galardonada con la Medalla Hubbard, máximo reconocimiento de National Geographic.

13. La Exploradora y buceadora Tara Roberts narra la historia de algunos de los mil barcos negreros que naufragaron en el Atlántico. Su intención es amplificar las voces de los negros y revisar el relato sobre los africanos en América.

14. Alex Honnold fue el primero que escaló en solo integral El Capitán, un monolito de granito de 914 metros situado en el Parque Nacional Yosemite. Su hazaña de 2017 requirió más de un año de planificación.

15. La Exploradora y conservacionista Jess Cramp contribuyó a la prohibición del comercio de tiburones en las Islas Cook en 2012. La zona de protección, de dos millones de kilómetros cuadrados, es uno de los santuarios de tiburones más grandes del mundo.

16. Las luces de un sumergible iluminan por primera vez la proa del pecio del Titanic. El fotógrafo Emory Kristof documentó el hallazgo para la Geographic en 1985, 73 años después del naufragio.

17. Xaverine Mwamini Biriko es una de las decenas de mujeres que trabajan de guardas en el Parque Nacional Virunga (República Democrática del Congo). Ayuda a defender la zona protegida más biodiversa de África en medio de turbulencias políticas. Más de 200 guardas naturales han muerto en acto de servicio, entre ellos su padre, Faustin (a la izquierda), en 2018.

18. En 1909 Robert Peary dirigió la que durante décadas se consideró la primera expedición que alcanzó el polo Norte. La polémica empañó la gesta cuando según varios estudios Peary pudo haberse quedado a al menos 48 kilómetros de su objetivo.

19. El explorador polar afroamericano Matthew Henson trabajó con Peary durante más de dos décadas, pero sus contribuciones fueron infravaloradas. Recibió la Medalla Hubbard a título póstumo.

20. La mayoría de los elefantes del Parque Nacional de Gorongosa, en Mozambique, fueron abatidos por su marfil en los 15 años de guerra civil, concluida en 1992. Ahora la ecóloga Dominique Gonçalves trabaja para proteger a los casi 1.000 ejemplares que vagan por el parque y sus alrededores.

21. La austríaca Gerlinde Kaltenbrunner fue la primera mujer que escaló los 14 ochomiles sin oxígeno adicional. En 2012, un año después de coronar el K2, fue nombrada Exploradora del Año Rolex National Geographic.

22. Dereck y Beverly Joubert son cineastas y conservacionistas. En 2009 fundaron con National Geographic la Iniciativa Grandes Felinos para detener el declive de especies. Su proyecto ha ayudado a proteger félidos de 28 países.

23. En 1922, después de años de búsqueda en Egipto, el arqueólogo británico Howard Carter encontró la tumba de Tutankamón en el Valle de los Reyes. En ella aparecieron más de 5.000 objetos, entre ellos estatuas y capillas doradas, joyas, armas y ataúdes intactos.

24. La primatóloga Jane Goodall fue la primera en observar, en 1960, que los chimpancés utilizaban palos a modo de herramienta, una conducta que antes se creía exclusiva de los humanos. Sus décadas de investigación sobre la vida de los chimpancés del Parque Nacional de Gombe, en Tanzania, cambiaron radicalmente nuestra percepción de estos inteligentes simios.

25. Con el apoyo del paleoantropólogo Louis Leakey –quien también apadrinó a Goodall y a Fossey–, la antropóloga canadiense Biruté Galdikas dedicó años al estudio de los orangutanes, una especie hasta entonces poco conocida.

Buceador explorando
Paul Nicklen

Buceador explorando.

26. Entre las décadas de 1950 y 1970, los geólogos Marie Tharp y Bruce Heezen cartografiaron con todo detalle los fondos oceánicos. El descubrimiento de la dorsal Medioatlántica por parte de Tharp contribuyó a demostrar la teoría de la deriva continental.

27. La estadounidense de origen japonés Eugenie Clark irrumpió en la biología marina tras la Segunda Guerra Mundial, cuando era un campo dominado por hombres blancos. Hizo más de 70 inmersiones profundas en sumergible y fue una eminente experta en tiburones que ayudó a disipar el miedo que generan en la población general.

28. En 2014 se anunció el hallazgo de Naia, una adolescente que murió al caer 30 metros en una caverna de Tulum, México. Sus restos, hallados en una cueva inundada, conforman el esqueleto paleoamericano más completo de más de 12.000 años de antigüedad.

29. La arqueóloga Elizabeth Greene sujeta un ánfora mientras el Explorador George Bass y su esposa, Ann, miran desde un sumergible. Pionero de la arqueología submarina, Bass abrió la puerta a comprender la historia oculta bajo el mar. 

30. Barbara Washburn, compañera de escalada de su marido, Brad, fue la primera mujer que coronó el Denali, el pico más alto de América del Norte. Durante 40 años la pareja cartografió paisajes agrestes, como el Gran Cañón, para la Geographic.

31. La astrónoma y Exploradora Munazza Alam sueña con hallar un «gemelo de la Tierra»: un exoplaneta con un clima similar al nuestro, capaz de albergar vida.

32. Intrépida reportera de guerra y colaboradora de National Geographic, Dickey Chapelle fue la primera mujer que saltó con paracaidistas sobre Vietnam. En 1965 murió mientras patrullaba con los marines; fue la primera corresponsal de guerra estadounidense caída en combate.

33. Con el proyecto Photo Ark, el Explorador Joel Sartore se ha propuesto fotografiar el mayor número posible de especies en cautividad antes de que se extingan. De momento lleva más de 14.000.

34. El periodista Paul Salopek está reproduciendo la migración que llevó a los humanos a salir de África y colonizar el mundo. Ahora mismo está atravesando China.

35. Un misterioso círculo lítico llamado las Piedras de Callanish se alza desde tiempos inmemoriales en las Hébridas Exteriores, en Escocia. Los menhires datan de entre 2900 y 2600 a.C.

36. El Explorador Mike Fay pasó 456 denodados días atravesando 3.200 kilómetros de selva tropical y 2.000 masas de agua en la cuenca del Congo, la mayor extensión continua de selva de África. Aquel viaje de 1999-2000, llamado Megatransect, contribuyó a la creación de los primeros parques nacionales de Gabón.

37. Cuando en 1915 el hielo aplastó el Endurance frente a la costa antártica, toda la tripulación sobrevivió, incluido su líder, el explorador Ernest Shackleton. En marzo de 2022 se halló el barco a casi 3.000 metros de profundidad, bien conservado por el frío y la oscuridad.

38. La periodista y exploradora Harriet Chalmers Adams firmó el texto y las fotografías de 21 artículos de la Geographic a principios del siglo XX. Sus viajes incluyen una travesía de 64.000 kilómetros por Latinoamérica, la mayor parte a caballo.

39. Richard Leakey y su futura esposa, Meave, examinan fósiles en una ladera cerca del lago Turkana, en Kenia. Sus descubrimientos paleoantropológicos –entre ellos que los humanos procedemos de África– revolucionaron la comprensión de los orígenes de nuestra especie.

40. En 1930 Otis Barton (foto) y William Beebe descendieron 240 metros en el Atlántico en una esfera de acero llamada batisfera. El mundo que vieron, escribió Beebe en un artículo publicado en la Geographic en 1931, era «casi tan ignoto como el de Marte o Venus».

41. Un grupo de científicas se encargó de que la misión de la batisfera transcurriese sin incidentes. La técnica de laboratorio Jocelyn Crane ayudó a identificar la fauna marina; con el tiempo se convirtió en una reputada experta en el cangrejo violinista.

La senda del progreso

Collage
Collages fotográficos de Neil Jamieson

La aviación nos ha fascinado desde que Alexander Graham Bell, uno de los primeros presidentes de National Geographic, probó sus artilugios voladores en las colinas de Nueva Escocia (arriba, a la izquierda). Cuando  el espacio se convirtió en una frontera científica, ayudamos a recoger muestras de la estratosfera (centro) y entregamos al astronauta Neil Armstrong una bandera de National Geographic Society para que la llevase en el Apolo 11, la primera misión tripulada a la Luna (abajo, a la izquierda).

Fuentes fotográficas de la ilustración: James P. Blair (Globo Stargazer, arriba, a la derecha); Davide Monteleone (avión); Otis Imboden (lanzamientos de cohetes); Richard Hewitt Stewart (globo de expedición a la estratosfera); Colección Bell (Bell y colega con cometa experimental).

 

En la antigua ruta de Oregón solo hay un museo que cuente la historia de la expansión de Estados Unidos hacia el oeste desde el punto de vista de quienes estaban allí primero. En un rincón del estado de Oregón fronterizo con Washington e Idaho, este laberinto de galerías revestidas de madera y exposiciones interactivas celebra el legado de los pueblos nativos y llora todo aquello que fue destruido con la llegada de los pioneros. Tras bajar por una larga rampa, los visitantes acceden a la réplica en ladrillo visto de una «escuela para indios» en donde se convertía y asimilaba a los niños nativos por la fuerza. Una foto a tamaño natural de los alumnos nos mira desde hace más de un siglo; sus uniformes a juego los hace parecer soldados en miniatura.

«Si queríamos que nuestra historia se contase como es debido, nos dijeron que debíamos escribirla nosotros mismos», me contó Bobbie Conner. Estaba sentada en una sala de juntas del Instituto Cultural Tamástslikt, el centro que dirige en la Reserva de Umatilla, hogar de las tribus cayuse, umatilla y walla walla. «Y el guion es tan antiguo como la vida misma: la conquista».

La historia de la exploración suele articularse en dicotomías. Explorador y alta montaña. Explorador e isla remota. Explorador y tribu no contactada. Conquistador y conquistado. Hoy la definición de exploración es más amplia. Exploramos nuestro cuerpo, nuestra ascendencia, nuestra capacidad cerebral, el concepto de hogar. Exploramos la historia y a quien le toca escribirla. El explorador ha sido aventurero, showman, científico, y ahora se perfila un nuevo arquetipo: el reconciliador, alguien que nos ayuda a entender cómo hemos llegado hasta aquí. Estos pioneros ponen en entredicho nuestros libros de historia, los reescriben y confían en evitar que el pasado se repita.

Cuando me senté con Conner, llevaba seis meses en Oregón, donde ahora vivo, esperando a que pasase la pandemia de la COVID-19. Durante años había escrito para esta revista desde lugares como Sudán del Sur, la frontera de Estados Unidos con México y las montañas del Congo. Y de pronto se abría ante mí un hogar, aparentemente banal, que nunca había despertado mi interés. Como no podía salir, me propuse entender mis nuevos confines; al poco estaba en la frontera del estado, cuestionando mi concepto de exploración.

Pero antes de nada, retrotraigámonos unos 60.000 años hasta el momento en que «una pequeña colonia de África se adentró en el mundo y perdió el contacto». Así lo describe Felipe Fernández-Armesto, historiador y profesor de la Universidad de Notre Dame, quien lleva casi seis décadas estudiando cómo se transforma el mundo mediante un proceso que denomina apertura de rutas, en el que culturas distintas colisionan, interactúan y se adaptan las unas a las otras en viajes espoleados por la codicia, el imperialismo, la religión y la ciencia. «La historia de la exploración está restaurando las rutas entre los diferentes pueblos», dice. Es como si, durante milenios, hubiésemos intentado deshacer la distancia que pusieron entre nosotros nuestros antepasados más remotos.

Ese fue el objetivo que en 1888 unió a científicos, intelectuales y militares al fundar National Geographic Society. Durante los últimos 135 años hemos sondeado el mar, el cielo, la tierra y el espacio «para incrementar y difundir el conocimiento geográfico». La exploración que financiamos y documentamos parecía a veces no tanto una cuestión de establecer contacto como de ser los primeros. Y no faltaron primicias: desde la cumbre del Everest con el equipo estadounidense hasta el cartografiado del fondo del océano Atlántico.

Las primicias devinieron entonces en descubrimientos: la ciencia, el espacio y la naturaleza fueron exprimidos en busca de sus secretos. Los Leakey desenterraron a nuestros antepasados fosilizados, Jane Goodall convivió con los chimpancés y Mike Fay trazó una ruta de 3.200 kilómetros a través de las selvas centroafricanas. 

Recreación de la ruta de los humanos migrantes
Collages fotográficos de Neil Jamieson

Extenuantes caminatas, ascensiones y travesías marítimas han trazado nuevas sendas alrededor del globo, cartografiado fenómenos naturales y conectado culturas. Continuando una larga tradición de exploradores del pasado, el escritor Paul Salopek (el primero de la fila) lleva 10 años recorriendo a pie la ruta de 38.500 kilómetros que tomaron los humanos migrantes para salir de África y poblar el mundo.

Fuentes fotográficas de la Ilustración: Neil M. Judd (Topógrafo del Cañón del Chaco); Colección de la Familia Leakey (Louis Leakey, En El Medio, y colegas con huesos prehistóricos de elefante); Harriet Chalmers Adams (Adams con camello); Rick Smolan (Robyn Davidson con camello en una caminata de 2.700 Kilómetros por Australia); John Stanmeyer (Salopek y el guía etíope Ahmed Elema); Cory Richards (Everest); Stephen Alvarez (Petra).

Los exploradores de hoy puede que ni siquiera sean humanos: ¿explora una cámara cuando la sumergimos en el mar para fotografiar unas profundidades que el ser humano no ha alcanzado todavía? ¿Y un robot microscópico cuando lo introducimos en el cuerpo para que nos opere?

Durante cientos de años, las narraciones han alimentado la exploración. Entre los siglos XV y XVII, la llamada era europea de los descubrimientos, la ficción popular hablaba de héroes que se embarcaban en viajes audaces, y es posible que aquellos libros de caballerías inspirasen a Colón y Magallanes a hacerse a la mar. Contar historias siempre ha impulsado a las nuevas generaciones de exploradores. Quizá las fotografías y los mapas de National Geographic despertasen en usted el impulso de salir a ver mundo. Pero las historias también han servido para afianzar un mito occidental del explorador que no es del todo cierto.

«En la literatura no se habla de exploradores de otros países, así que en los últimos 500 años el discurso ha estado dominado por varones blancos muertos –afirma Fernández-Armesto–. Y eso ha creado la impresión de que solo exploran los hombres blancos, lo cual es absolutamente falso».

Uno de los primeros mapamundis se pintó en la pared de una cueva india hace unos 8.000 años, y el primer explorador que conocemos por su nombre es Harkhuf, que encabezó una expedición desde el Egipto faraónico hasta el África tropical hacia 2290 a.C. También está la migración bantú desde el África occidental a través del continente subsahariano, iniciada mil años antes. En el océano Pacífico, a partir de 1500 a.C. aproximadamente, los navegantes gobernaron canoas y catamaranes guiándose por las estrellas y las corrientes para cartografiar y colonizar islas desde Nueva Guinea hasta Hawai. En el siglo VII, un monje chino llamado Xuanzang cruzó China, la India y Nepal en busca de las escrituras budistas originales. Ese mismo siglo, los ejércitos árabes marcharon desde la península arábiga hasta Asia Central y el norte de África, acicateados por el afán de conquista religiosa. La era del explorador blanco y varón llegó mucho después, y el arquetipo dominó el discurso occidental. Pero esos otros exploradores siempre han estado ahí.

Descubriendo el océano
Collages fotográficos de Neil Jamieson

Cámaras, sumergibles y aparatos teledirigidos desvelan las opacas profundidades del océano. Uno de los primeros reportajes submarinos de National Geographic presentaba los hallazgos realizados por la batisfera (abajo a la derecha), el primer vehículo de exploración de las profundidades marinas. Sumergido mediante un cable de acero de 1.000 metros de longitud, sondeó las aguas de las Bermudas en la década de 1930.

Fuentes fotográficas de la Ilustración: Emory Kristof (sumergible); Winfield Parks (veleros); John Tee-Van (Batisfera); Fotograma de  Falklands Heritage Maritime Trust, National Geographic (Endurance); Robert B. Goodman (submarinista con cámara); Luis Marden (trío de submarinistas); Andy Mann (buzo con tiburón).

En los archivos de National Geographic encuentro ejemplos más modernos que pasaron inadvertidos a la sociedad de la época: Juliet Bredon, una mujer que relató su exploración de China en la década de 1920 bajo el pseudónimo de Adam Warwick, y Reina Torres de Araúz, una antropóloga panameña que completó la primera expedición en coche de América del Sur a América del Norte. En recortes de prensa sobre Harriet Chalmers Adams –quien a principios del siglo XX recorrió 64.000 kilómetros de Latinoamérica, reprodujo la ruta de Colón desde Europa hasta América del Sur y fotografió las trincheras de la Primera Guerra Mundial–, los titulares transmiten más interés por cómo se apartaba del estereotipo femenino: «Una mujer sin miedo a las ratas», decía uno.

Al hurgar en la historia para incluir nuevas figuras en el panteón de los exploradores, reevaluamos viejos relatos: ¿qué significaba la exploración para quienes eran explorados (y acto seguido explotados o incluso aniquilados en muchos casos)? ¿Es posible descubrir un lugar en el sentido literal? 

Hoy la historia de la exploración se reescribe para llenar viejas lagunas de la mano de personas como Tara Roberts, que apareció en el número de marzo de 2022 con su traje de buzo, durante una inmersión en los cayos de Florida para cartografiar barcos hundidos que un día transportaron a personas esclavizadas desde África hasta América. Yazan Kopty, historiador oral palestino, desentierra fotos centenarias de compatriotas de los archivos de National Geographic y utiliza las redes sociales para completar sus biografías: sus nombres, las fiestas que se celebran en las imágenes, los pueblos que aparecen de fondo.

En el Instituto Cultural Tamástslikt, Conner usó el término «reivindicar» para describir esta nueva forma de exploración. Hace poco se interpretó un baile ceremonial que llevaba 50 años sin exhibirse en público. La tribu nez percé ha adquirido 130 hectáreas de tierras ancestrales para que sus descendientes puedan reunirse, enterrar a sus muertos y celebrar sus festividades. Los nombres tribales están volviendo a los mapas y a la señalización.

Al principio, la idea de contar su historia en un museo no gustó a las Tribus Confederadas de la Reserva India de Umatilla, me dijo Conner. No había nada que celebrar en la destrucción de su pueblo y su tierra. Pero recordaron que Oregón sigue glorificando el discurso de la exploración con la carreta de pioneros que aparece representada en su bandera. Y comprendieron que su historia desbordaba la tierra donde tuvo lugar –un remoto rincón del oeste de América– y que en todo el mundo habría quien se viese reflejado en ella. «Este es el centro de nuestro universo –dijo–, pero conecta con todos los demás universos».

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Uno de los últimos trabajos de Nina Strochlic para la revista analizaba la recuperación de la Vía Apia como nueva ruta de peregrinación a través de la historia.

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Este artículo pertenece al número de Julio de 2023 de la revista National Geographic.