Si alguna vez se le ha caído un anillo por el desagüe, sepa que hay esperanza en la historia. Un equipo de arqueólogos de Carlisle, en Inglaterra, acaba de descubrir un depósito de gemas antiguas que probablemente pertenecieron a clientes ricos de unas lujosas termas operadas en los remotos confines del Imperio romano. Los investigadores han descubierto un sistema de desagües de piedra que contenía decenas de ágatas, jaspes y otras gemas grabadas que adornaron los caros anillos del siglo III y principios del IV... hasta que el calor y la humedad propias de estas instalaciones aflojaron el pegamento de los engastes, y las piedras se perdieron por los desagües.
Las 36 gemas grabadas constituyen una instantánea sin parangón de las creencias de la élite romana de la época, afirma Frank Giecco, arqueólogo jefe del proyecto. Algunas de ellas llevan la imagen de la diosa Fortuna –la suerte– o de Diana, que protegía a las mujeres durante el parto; otras de las gemas halladas en este puesto militar fronterizo representan a Marte, dios de la guerra.
Los arqueólogos excavan ahora la parte sur de las termas, cuyos desagües tal vez contengan más tesoros. Giecco confiesa que le gusta especialmente la gema del ratón (tercera de la última fila), pero «es difícil decir cuál es mi favorita –reconoce–. Seguramente el mes que viene habrá otra que me guste más».
Este artículo pertenece al número de Julio de 2023 de la revista National Geographic.