Dehesas, un escondite para la vida
Las dehesas son algo así como la versión ibérica de la sabana africana, argumentan en el documental Dehesa: el bosque del lince ibérico, dirigido por Joaquín Gutiérrez Acha y producido por José María Morales. Este rico ecosistema conformado por bos ques clareados de encinas, alcornoques, pastizales y matorrales ha sido modelado a fondo por la acción conjunta de la naturaleza, los animales y los seres humanos. Las dehesas, que se extienden a lo largo de varios millones de hectáreas por el centro y sudoeste de España y el sur de Portugal, son el hogar de muchísimas especies, entre ellas algunas de las más emblemáticas del territorio.
El documental, que se estrena en los cines el 27 de marzo, lleva al espectador a un fantástico viaje hasta las entrañas de esta joya natural, una inmersión que te introduce en la vida privada de linces, águilas
imperiales, conejos, meloncillos, nutrias, buitres, zorros, lechuzas, ranas, mantis y libélulas... entre muchos otros seres vivos. De factura impecable, el film retrata al detalle cómo se desarrolla el ciclo de la vida en estos parajes tan extraordinarios y biodi versos, explotados desde tiempos inmemoriales por los humanos, en especial para la ganadería dedicada a los toros bravos, los cerdos ibéricos o las ovejas merinas, y la silvicultura, centrada sobre todo en la extracción artesanal del corcho.
Con esta película, rodada a lo largo de 26 meses, y tras Guadalquivir y Cantábrico, Gutiérrez Acha cierra una estupenda trilogía con la que ha plasmado de forma incontestable la riqueza biológica de nues tra tierra, que, afortunadamente, todavía custodia un tesoro cada vez más constreñido en todo el planeta Tierra: el pálpito de la vida salvaje.