Charlie Hamilton James ha sido un espectador habitual de la migración de los ñúes a través del Serengeti, pero fotografiarlos cruzando el río Mara (véase Migraciones) le supuso un verdadero quebradero de cabeza. «Es "la foto" por antonomasia de Masai Mara, pero es difícil conseguir una imagen diferente a todas las que ya existen», explica. El año pasado, al cabo de siete semanas sobre el terreno, el fotógrafo todavía no había obtenido «nada especial».
A finales de septiembre la mayor parte de los ñúes ya había hecho su travesía. Charlie Hamilton James se dio una semana extra para conseguir la foto buscada. Fue en vano. Hasta que por fin el último día, una media hora antes de la puesta de sol, una manada de ñúes se acercó a la orilla del río. «Los animales tienen que armarse de valor para cruzarlo, algo que puede llevarles todo el día –señala–. La probabilidad de que se decidiesen unos minutos antes de la puesta de sol era casi nula. Lo di por perdido y empecé a guardar el equipo, resignado. Pero entonces Ekai, mi chófer, exclamó: "¡Charlie, se están poniendo otra vez en marcha!". Levanté la vista y los vi corriendo entre la vegetación. Se agruparon en la orilla, frente a nosotros, envueltos en una polvareda».
Uno de los ñúes dio el primer paso y toda la manada se metió en el agua a su zaga. «Creo que en diez minutos no separé el dedo del obturador. Estaba entusiasmado. El cruce del río fue épico, dramático y bellísimo, en medio de aquellas nubes de polvo dorado. Tomé cientos de imágenes. Y supe que, entre todas ellas, estaba la foto que esperaba».
Foto: Rebecca Hale / National Geographic
Este artículo pertenece al número de Diciembre de 2021 de la revista National Geographic.