Fotografiar Stonehenge es todo un desafío, dado que se trata de un monumento que ya ha sido inmortalizado desde todos los ángulos. Para darle un toque distinto, Reuben Wu se valió de un dron y del juego de luces que resulta de superponer varias imágenes tomadas con una exposición diferente. De esta manera compuso esta imagen de los grandes trilitos en que parecen confundirse la noche y el día.
«Stonehenge es uno de los monumentos más fotografiados del mundo, así que debía mostrarlo como nunca antes se había hecho –explica el fotógrafo–. En esta imagen de exposición múltiple, las piedras están iluminadas desde arriba por una potente luz led acoplada a un dron. Ese sistema me permitió envolver a Stonehenge en una atmósfera nueva y extraña que crea una sensación de atemporalidad a la vez que transmite la fuerza ancestral del monumento».
Lo más complicado de esta creación no se ve: el trabajo que costó obtener autorización oficial para sobrevolar la estructura neolítica con un dron, y encima de noche. «Stonehenge está ubicado en espacio aéreo militar, por lo que tuvimos que pedir permiso a la Real Fuerza Aérea británica y avisar cada vez que volábamos el dron. Por si eso fuera poco, nos prohibieron sobrevolar el conjunto», recuerda Reuben Wu. Pero nada lo detuvo: «Fotografiar un monumento de esta manera tan poco ortodoxa fue una experiencia inolvidable».
Foto: Reuben Wu
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Este artículo pertenece al número de Agosto de 2022 de la revista National Geographic.