Bahía de Pasley, Ártico canadiense, agosto de 2022. A 30 metros de altura en el mástil del Polar Sun, el fotógrafo Renan Ozturk no ve más que sus pies, el barco y el hielo que lo rodea (véase artículo en páginas 2-31). «Durante nueve días nos preguntamos si lograríamos salir de aquel hielo que nos bloqueaba o si correríamos la misma suerte que sir John Franklin», dice, refiriéndose al explorador británico que zarpó en 1845 en busca del paso del Noroeste, la vía que conecta los océanos Atlántico y Pacífico, y pereció en el intento con su tripulación.

Muchas naves se han hundido en la bahía en que quedó atrapado el Polar Sun al intentar refugiarse de un temporal. Para no correr el mismo destino, los cinco hombres de a bordo se turnaban para vigilar la situación y guiar el velero, a veces tirando de él desde un bloque de hielo al siguiente con ayuda de cabos y ganchos. «Hacer fotos en esas condiciones era complicadísimo. Todo el mundo estaba en cubierta para ayudar a salvar la nave –explica Ozturk–. Los momentos de libertad, como cuando me subí a lo alto del mástil, se contaban con los dedos de una mano. Y no podía haber un margen de error». Esa foto simboliza para él este viaje épico.

Veterano escalador del Everest, Ozturk se ha enfrentado a desafíos extremos. Pero aquellos días en la bahía de Pasley, «a bordo del velero sin calefacción, casi sin dormir, al límite de nuestra resistencia física y mental, fue una experiencia única que no se parecía remotamente a nada de lo que había vivido hasta entonces».

Pintor, explorador, cineasta y fotoperiodista turco-estadounidense nacido en Alemania, Renan Ozturk se embarca en expediciones con un objetivo: explicar la historia de nuestra conexión con la naturaleza incluso en los entornos más hostiles. Fue nombrado Aventurero del Año de National Geographic en 2013.