Gracias a su piel y musculatura translúcidas, las ranas de cristal de América Central y del Sur se mimetizan de día con las hojas verdes sobre las que descansan. Pero su camuflaje es aún más complejo de lo que se creía, según un estudio publicado en Science. Cuando duerme, la rana de vidrio de Fleischmann (Hyalinobatrachium fleischmanni) almacena hasta el 89 % de los glóbulos rojos en el hígado, que está revestido de cristales. Los cristales parecen actuar como un espejo, reflejando la luz entrante en vez de permitir que la absorban las células sanguíneas. De este modo, según el estudio, las ranas dormidas son entre dos y tres veces más transparentes que las ranas despiertas. Lo más intrigante es que H. fleischmanni no parece sufrir efectos nocivos por pasarse varias horas con los glóbulos rojos inmóviles, y sigue coagulando con normalidad cuando tiene una herida. Quizás este dato ofrezca pistas para hallar el santo grial de la hematología: un tratamiento que evite las hemorragias descontroladas y, al mismo tiempo, la coagulación excesiva en humanos. «Los coágulos de sangre causan la muerte a uno de cada cuatro pacientes», dice Jesse Delia, Explorador de National Geographic y coautor del estudio. ¿Y si el secreto para salvarlos está en el hígado espejado de una rana de cristal? 

Este artículo pertenece al número de Mayo de 2023 de la revista National Geographic.

 

 

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