¿Cómo se imaginaría el futuro Jordi Estrada, primer director de la edición española, aquel lejano mes de octubre de 1997, mientras calentaba el «horno» y «cocinaba» la primera National Geographic en castellano de la historia? Sumido en todas las preocupaciones propias de aquellos días, ¿sería capaz de imaginar que una década después aparecerían en Sudáfrica vestigios de un homínido de transición entre los ya conocidos especímenes de Australopithecus y Homo? El paleoantropólogo Lee Berger y sus colegas lo encontraron en Australopithecus sediba y lo dieron a conocer en 2010, cambiando así la historia de nuestra evolución. ¿Y sería capaz nuestro primer director de prever la posibilidad de editar los genes, como si nuestro código genético fuese un documento de texto en el que se pueden borrar o añadir palabras y construir «frases» nuevas? En 1997 la genética estaba en mantillas y la clonación de la oveja Dolly se antojaba una proeza insuperable.

En este cuarto de siglo hemos asistido a otros muchos acontecimientos científicos: la posibilidad de identificar el color de los dinosaurios, la búsqueda de planetas con atmósferas similares a la de la Tierra, la capacidad de secuenciar los genomas de especies desaparecidas hace mucho tiempo o la detección del bosón de Higgs son logros tan recientes como maravillosos. La ciencia tiene ese poder: nos sorprende abriendo nuevos caminos allí donde la anterior generación de expertos no veía más que un callejón sin salida.

La edición española de National Geographic cumple 25 años con este número. Respetamos lo que queda atrás, pero sobre todo proyectamos el futuro, anticipándonos a lo que nos revelarán las próximas generaciones de científicos. Por nuestra parte, nos encontrarán con un cuaderno y un bolígrafo permanentemente en la mano, dispuestos a contarles todo cuanto nuestro mundo aún tiene por revelar. Una buena historia, es bien sabido, puede llegar de la vuelta de la esquina o del fin del mundo. Como me dijo una vez mi primer director, el principio de una buena historia es el interés de los demás.

Gracias por acompañarnos en este viaje durante un cuarto de siglo. Y no se vaya muy lejos: ignoramos qué hazañas y descubrimientos nos sorprenderán en los próximos 25 años, pero tenemos la absoluta seguridad de que serán imprevisibles y maravillosos.

Este artículo pertenece al número de Octubre de 2022 de la revista National Geographic.