Desde 1972, 180 hombres y dos mujeres han salido del corredor de la muerte en Estados Unidos tras ser exonerados de los crímenes por los que fueron sentenciados con la pena capital. Martin Schoeller, veterano colaborador de la Geographic famoso por sus impactantes retratos en primer plano, ha fotografiado, filmado y entrevistado a 17 de ellos.
Schoeller acudió a nosotros con esas fotografías. Su objetivo: que la opinión pública se replantee su apoyo a la pena de muerte, que actualmente pueden imponer 28 estados, el Gobierno federal y las Fuerzas Armadas. Schoeller confía en que la gente que vea sus fotos «piense: "Esto podría pasarme a mí; eran inocentes y los condenaron a muerte por algo que no hicieron". Por eso me embarqué en este proyecto: para crear una obra que haga cambiar de opinión a algunas personas».

Se apoye o no la pena capital, no cabe duda de que los retratos de Schoeller y las historias de los convictos exonerados hielan la sangre. Hablamos de personas que se vieron atrapadas en una pesadilla kafkiana, muchas veces causada por una mala praxis policial o de la fiscalía, o por unos testigos que mintieron o se equivocaron. La mayoría de los condenados en falso tuvieron una defensa legal deficiente o inadecuada; un porcentaje desproporcionado de ellos no eran blancos y procedían de entornos de bajo nivel educativo y económico. Acabaron sucumbiendo al corredor de la muerte, por norma general en condiciones de aislamiento, y en algunos casos no lo abandonaron en décadas. Se perdieron los funerales de sus propios padres. Sus hijos crecieron sin ellos.
Al final los liberó una prueba de ADN, la aparición en sus vidas de un abogado mejor o una casualidad que sacó a la luz su inocencia. Después de haber pasado por todo esto, la mayoría se las arregla para seguir adelante, rehaciendo su vida con más o menos éxito.
Retrato de Schoeller: Kathy Ryan.
Schoeller tiene una perspectiva única de ese logro. Para otro proyecto reciente ha retratado a supervivientes del Holocausto, hoy ancianos. Según me dijo, ha descubierto que ambos colectivos tienen algo importante en común: «La capacidad de perdonar. En la vida hay un millón de motivos para sentir animosidad e ira, pero tenemos la obligación de saber perdonar. De lo contrario, el rencor acabará carcomiéndote. Las personas que emocionalmente no son capaces de llegar a esa conclusión, no salen adelante».
Durante la mayor parte de los 133 años que National Geographic lleva recorridos, la fotografía ha sido clave para nuestra misión. Los retratos de Martin Schoeller nos recuerdan por qué: porque incluso en la era del streaming, una foto fija puede revelar historias que dejan huella.
Gracias por leer National Geographic.
Este artículo pertenece al número de Marzo de 2021 de la revista National Geographic.