En la ciencia no debería haber ni coincidencias ni accidentes felices, pero lo cierto es que ocurren. En 1969 Hollywood estrenó una esperpéntica película titulada El valle de Gwangi, una producción de dudoso gusto y animación rudimentaria que reunía dinosaurios y cowboys y terminaba con un enfrentamiento épico en una catedral. Gwangi era el nombre de un carnívoro gigante que los vaqueros intentaban domesticar para exhibirlo en un circo. Calificar el largometraje de western fantástico sería un eufemismo...

Buena parte de la película se rodó en las provincias de Almería y Cuenca, dos destinos habituales de la industria cinematográfica estadounidense por ser localizaciones baratas, seguras y provistas de abundantes escenarios naturales que se prestaban a representar el lejano Oeste. Sin embargo, ni el director ni los guionistas imaginaron ni por un momento que el subsuelo bajo el que rodaban escondía un tesoro paleontológico infinitamente más representativo del Cretácico que los monstruos animados recreados para la pantalla. Por entonces, pocos habrían aventurado que la provincia manchega llegaría a ser uno de los grandes centros de la paleontología mundial, y sin necesidad de recurrir a efectos especiales.

En los años ochenta el paleontólogo José Luis Sanz puso en marcha una reacción en cadena cuyas consecuencias todavía se dejan sentir en las ciencias de la Tierra de la península ibérica. El descubrimiento accidental de los primeros fósiles del yacimiento de Las Hoyas nos permitió asomarnos a un momento importante de la historia de la vida en la Tierra: una revolución terrestre que inició el proceso por el que los principales grupos de animales y plantas actuales empezaron a ganar terreno.

Por circunstancias especiales, los más de 25.000 fósiles hallados hasta ahora han llegado a nosotros en excepcionales condiciones de conservación. Tejidos, piel y estructuras anatómicas, normalmente frágiles, quedaron grabados en la roca con un insólito grado de detalle, convirtiendo a Las Hoyas en una de las mecas de la paleontología mundial.

Pase la página por su cuenta y riesgo. Tenga por seguro que se quedará sin habla.

 

Este artículo pertenece al número de Febrero de 2023 de la revista National Geographic.

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