Antes de ser vendidas al mismo burdel, Sayeda y Anjali eran dos adolescentes que llevaban una vida normal, con circunstancias parecidas, separadas por apenas unos cientos de kilómetros.
Así empieza un artículo que espero conmocione, alarme y mueva a actuar a quien lo lea. «Vidas robadas», reportaje de Yudhijit Bhattacharjee, es una investigación reveladora de una realidad que atenta contra los derechos humanos: la esclavización sexual de niños con fines de lucro. El tráfico sexual de menores, un sector que mueve miles de millones de euros, extiende sus tentáculos por todo el mundo y atrapa a millones de seres humanos que en su mayoría huyen de la miseria, el analfabetismo y la falta absoluta de oportunidades. Casi todas las víctimas son niñas. Prácticamente ningún país se libra de esta lacra, pero algunas regiones del planeta se llevan la peor parte. Entre ellas, el estado indio de Bengala Occidental y su vecina Bangladesh.
«Solo en 2017 se denunció la desaparición de 8.178 menores de Bengala Occidental, casi una octava parte del total de la India ese año. Un número importante de niñas incluidas en esa cifra fueron con toda probabilidad vendidas a burdeles. El panorama puede ser todavía más tremendo en el caso de Bangladesh: una estimación gubernamental sugería que cada año unas 50.000 menores son sacadas del país con destino a la India, o a través de la India», escribe el autor.
Con el fin de llamar la atención sobre esta lacra planetaria, presentamos el desgarrador relato sobre dos niñas bengalíes: Sayeda y Anjali. Sus novios las engañaron para que se fugasen con ellos y después las vendieron a un burdel donde las prostituían, obligándolas a mantener relaciones sexuales hasta 20 veces al día, y les daban brutales palizas si se rebelaban.
Si hoy podemos contar esta historia es gracias al compromiso de Bhattacharjee –colaborador de National Geographic que comenzó su carrera haciendo crónica negra en Kolkata– y de Smita Sharma, una fotógrafa afincada en Delhi que lleva años documentando esta realidad y cuyas imágenes acompañan el texto.
En los 132 años transcurridos desde nuestra fundación, National Geographic ha llamado reiteradamente la atención sobre violaciones de los derechos humanos y acciones inhumanas. Una y otra vez, hallamos aliento en la reacción de nuestros lectores.
Gracias por leer National Geographic.
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Las chicas víctimas de la trata de personas referidas en este reportaje aparecen con sus iniciales y han sido fotografiadas de tal manera que no sean reconocibles. Los seudónimos, Sayeda y Anjali, se utilizan para las dos protagonistas de «Vidas robadas». Esta es una excepción a las políticas y prácticas de National Geographic. Velamos la identidad de estas jóvenes con el fin de salvaguardar su seguridad y su futuro, y para cumplir con la legislación india en materia de identificación de víctimas de delitos sexuales.
Este artículo pertenece al número de Enero de 2021 de la revista National Geographic.