Querido lector:
Desde que tengo uso de razón, he querido dejar mi huella en el mundo, ayudar a transformarlo en un lugar mejor. Por eso me hice periodista hace 42 años y por eso llegué a National Geographic.
Este es mi último editorial como directora de la revista. Estoy enormemente agradecida de haber podido trabajar estos ocho años junto a algunos de los mejores periodistas del mundo, profesionales dedicados que han recibido, entre otros premios, 10 galardones de los National Magazine Awards, tres nominaciones al Pulitzer y dos distinciones de los Webby Media Company of the Year.
Dejo National Geographic para incorporarme al mundo de la educación superior. En la Universidad Estatal de Arizona haré cuanto esté en mi mano para fortalecer el periodismo en esta época tan difícil para la prensa libre. Y trabajaré con la próxima generación de divulgadores, que deberán informar más convincentemente que nunca sobre asuntos tan capitales como el cambio climático.
Si algo me ha enseñado trabajar en esta revista, es que el tratamiento de estos temas plantea cuestiones espinosas: ¿cómo informar con franqueza sobre amenazas a nuestra propia existencia de modo que captemos la atención del lector, pero sin dejarle un regusto de fatalismo? ¿Cómo lograr que el enfoque periodístico de estas temáticas despierte la curiosidad del público,enriquezca su comprensión e inspire esperanza en sus posibles soluciones? Intentar alcanzar ese equilibrio ha sido una de las empresas más gratificantes y más arduas de mi vida profesional.
En National Geographic hacemos un seguimiento diario de las últimas novedades en materia de ciencia, medio ambiente y el viaje de la humanidad en toda su maravillosa complejidad. Las portadas adjuntas recuerdan varios de los temas más relevantes de los últimos ocho años (algunas son también mis favoritas).
Al echar la vista atrás me enorgullece que hayamos explorado temas como el género y el racismo, dispuestos a examinar públicamente nuestra propia historia turbulenta. Me enorgullece que sigamos celebrando las maravillas del mundo e informando sobre aquello que va bien. Y que hayamos progresado tanto –aunque queda mucho por hacer– en la formación de un equipo diverso y global de redactores, fotógrafos y otros profesionales del periodismo. ¿Quién mejor que ellos para hablarnos de un mundo poliédrico que cambia a toda velocidad?
Ha sido un privilegio trabajar en National Geographic, con su perdurable legado, y también ha sido una oportunidad única de contribuir a reinventarlo para el público actual. Gracias por acompañarme en este viaje.
Y gracias por leer National Geographic.
----
Tenemos algo más que contarte. Clica este enlace y apúntate a la newsletter de National Geographic España.
----
Este artículo pertenece al número de Abril de 2022 de la revista National Geographic.