Cerca del final de la gestación, que en su caso dura entre 12 y 13 meses, una manta gigante preñada luce una enorme barriga: a término, el feto replegado dentro del útero tiene una envergadura de casi metro y medio. Pero en una manta gigante de arrecife (Mobula alfredi) el embarazo no es perceptible a simple vista hasta cerca de la mitad de la gestación, por lo que un grupo de científicos de las Maldivas utilizó ecografías submarinas a distancia (recuadro) para estudiar los estados de gestación y madurez de las rayas. Sus hallazgos, publicados en Journal of Fish Biology, causaron «alarma», afirma el autor principal, Niv Froman (el submarinista de la foto de arriba), de la organización Manta Trust. Cuando las ecografías discriminaron entre ejemplares reproductivamente maduros e inmaduros, quedó claro que se había subestimado el número de hembras maduras. Los nuevos datos sugieren que la tasa de fecundidad de la población es inferior a lo estimado, lo cual sitúa a las mantas de arrecife «en un nivel más vulnerable de lo que pensábamos», dice Froman. Comprender mejor el impacto de las presiones locales sobre las tasas de fecundidad podría ayudar a mejorar las medidas de conservación.
Este artículo pertenece al número de Octubre de 2023 de la revista National Geographic.