Quienes llevan toda la vida viviendo en Los Ángeles recuerdan cuando las montañas que circundan la ciudad eran casi invisibles. Hoy son una parte fundamental de su belleza.
Y no se trata solo del sur de California. Gracias a la Ley de Aire Limpio de 1970, la atmósfera de todo Estados Unidos es ahora un 77 % más pura, pese a que la población, la economía y el parque móvil han crecido. Esta mejora ha prolongado millones de vidas, ahorrado billones de dólares y convertido el país en un ejemplo de éxito en materia de contaminación atmosférica.
La histórica ley fue un logro bipartidista, ya que obtuvo la aprobación unánime del Senado y fue sancionada por la Cámara de Representantes con un solo voto en contra. Su éxito es fruto de las evidencias científicas, la responsabilidad y unos objetivos ambiciosos basados en la salud.
Foto: Universidad del sur de California/Getty Images
«La Ley de Aire Limpio continúa siendo la ley de salud pública más potente promulgada en el siglo XX en Estados Unidos», afirma Paul Billings, de la Asociación Americana del Pulmón.
Una de sus disposiciones obligaba al sector de la automoción a reducir en un 90 % las emisiones de los tubos de escape, y hoy los coches son un 99 % más limpios que los anteriores a 1970. A la hora de la verdad, la ley compensó con creces: se ha calculado que sus beneficios globales son más de 40 veces superiores a su coste. Ese éxito nos recuerda que somos capaces de descontaminar y de solucionar problemas que parecen irresolubles, siempre y cuando nuestros dirigentes políticos estén dispuestos a actuar sobre la base de las pruebas científicas.
Pero todavía no podemos cantar victoria, advierte Mustafa Santiago Ali, vicepresidente de la Federación Nacional de Vida Silvestre: «Espero que pronto lleguemos a un punto en el que no solo comprendamos lo valiosa que es [esta ley], sino que estemos dispuestos a emprender la ardua misión de mejorarla».
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Un país más limpio
La calidad del aire mejoró drásticamente en Estados Unidos desde la aprobación en 1970 de la Ley de Aire Limpio. Los niveles de PM2,5 (peligrosas partículas finas con un diámetro inferior a 2,5 micras) han disminuido ampliamente, en gran medida gracias a los reglamentos adoptados en virtud de la histórica ley.
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Cómo ayudar
- Desplácese a pie, en bicicleta, en coche eléctrico: evite quemar gasolina o diésel.
- Evite quemar otros combustibles, sobre todo en las ciudades: madera, carbón, hojas secas, basura…
- Protéjase del aire insano: siempre que sea posible, camine o pedalee por las vías menos transitadas.
- Apoye a quienes luchan por las energías limpias y las leyes estrictas en materia de contaminación del aire.
Este artículo pertenece al número de Abril de 2021 de la revista National Geographic.