«Cuando llega la ola perfecta y la cabalgas como nunca, es puro gozo y felicidad». —Aline Bock, surfista.
TODOS A BORDO
Rodeadas por las corrientes del Ártico y por angostos fiordos, las Lofoten atraen a los amantes de las emociones fuertes, entre ellos a los surfistas invernales. Cabalgar sus gélidas olas exige buenas dosis de lo que los noruegos llaman indre kraft, o fuerza interior.
Los avances tecnológicos que en las últimas décadas se aplican sobre las prendas deportivas han aumentado de forma sustancial el tiempo de exposición a las bajas temperaturas. «Eres tú, la tabla y la inmensidad de la naturaleza», dice la surfista Aline Bock.
VIDA ISLEÑA
Después de una sesión de surf, paddleboard o senderismo, los aventureros pueden calentarse y disfrutar de la secular cultura pesquera que define a estas islas. Entre las tradicionales cabañas rorbuer, con su rojo gastado por los elementos, el bacalao se seca al viento, preparándose para protagonizar el característico guiso de pescado de la zona.
La luz del día pasa fugaz en el invierno ártico, lo que se traduce en horas sin fin para perseguir el resplandor verde de las auroras boreales, sobre todo en torno a los pueblos de Reine y Svolvær.
ÉNFASIS ECOLÓGICO
Distinguido con el sello de «destino sostenible» del Consejo Global de Turismo Sostenible, el archipiélago de Lofoten se ha preocupado de preservar su cultura y reducir el impacto negativo del turismo.
Mientras el cambio climático funde glaciares y eleva el nivel del mar, las olas de las islas podrían acabar siendo demasiado peligrosas para el surf. El éxito de iniciativas conservacionistas, como el veto a la extracción de combustibles fósiles, podría redundar en beneficio del medio ambiente y de la población.
----
Mapa: NGM Maps
EN CIFRAS
18 Habitantes en la población de Unstad, enclave surfero más famoso de las islas.
5 °C Temperatura media del agua en febrero.
195 Kilómetros por encima del círculo polar Ártico.
----
Este artículo pertenece al número de Agosto de 2021 de la revista National Geographic.