Un estudio realizado por el Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC) y el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados ha constatado que en las dos últimas décadas el aumento del nivel del mar se ha acelerado tanto en la península ibérica como en Canarias y Baleares. «Mientras que desde 1948 hasta 1993 el incremento fue de 1,6 milímetros anuales, desde hace 30 años ese valor casi se ha doblado, alcanzando los 2,8 milímetros anuales», explica Manuel Vargas, físico del Centro Oceanográfico de Málaga del IEO-CSIC y autor del trabajo. Los datos se han extraído de 17 mareógrafos, unos instrumentos que efectúan medidas continuas entre un punto de referencia (una señal geodésica que marca una posición geográfica exacta cercana al mareógrafo) y la superficie instantánea del mar. Algunos de ellos llevan haciendo largas series temporales de mediciones en toda la línea de costa desde la década de 1940.
La causa de ese incremento, como es bien sabido, es el calentamiento global. Y esa aceleración, dice Vargas, «refleja que la amenaza actual que representa el cambio climático, lejos de estar en vías de solución, se está agravando». Por un lado, el aumento de las temperaturas causa la expansión térmica del agua, es decir, incrementa su volumen, un fenómeno al que se le adjudican 0,8 milímetros de ese incremento anual del nivel del mar. Por otro lado, está provocando la fusión de grandes masas de hielo de Groenlandia y la Antártida, lo que se traduce en un aporte extra de agua a los océanos responsable de un ascenso de 1,4 milímetros al año. El resto de la subida del nivel del mar se debe a factores más específicos de cada zona; por ejemplo, el aumento de la sal marina, algo que en nuestro territorio ocurre solo en el Mediterráneo.
Sin duda, un panorama preocupante, sobre todo para aquellos lugares de la costa especialmente sensibles, como Santa Cruz de Tenerife, Cádiz, la albufera de Valencia, el delta del Ebro o Doñana.
Este artículo pertenece al número de Agosto de 2023 de la revista National Geographic.