Esta instantánea de unos huevos que, suspendidos por una sustancia gelatinosa, penden de una hoja de helecho en la selva de Ecuador es la imagen que Jaime Culebras quiso captar durante años. «Tuve esta foto en mi mente desde que empecé a trabajar con las ranas de cristal –confiesa el fotógrafo–. Son unas criaturas extraordinarias. Su gran diversidad y los procesos evolutivos que dieron lugar a su aparición resultan fascinantes. Varias especies del género Nymphar-gus suspenden los huevos de este modo, tras envolverlos en una gelatina que recuerda a una enorme gota de agua».

El fotógrafo inmortalizó esta puesta en la zona de la Estación Biológica Yanayacu, el único hábitat conocido de la especie Nymphargus wileyi, o rana de cristal de Yanayacu, después de pasar varios días buscando con su compañera bajo una lluvia torrencial. Su paciencia dio frutos en su última noche, cuando estaban inspeccionando un área remota de la región.

Jaime Culebras, español afincado en Ecuador, es fotógrafo de naturaleza e investigador. Experto en reptiles y anfibios, ha participado en el descubrimiento de muchas especies de ranas y ha recibido diversos galardones por su trabajo fotográfico, entre ellos el premio Wildlife Photographer of the Year.
Foto: Carlos Morozch

«Había varios arroyos con abundante vegetación y troncos de árboles caídos por el suelo –relata Culebras–. Oímos el reclamo de un macho y, al salvar un trozo de madera, nos encontramos cara a cara con los huevos. Coloqué un flash con difusor encima de la hoja para iluminar un poco el fondo. Quería alumbrar la gelatina, de tal manera que pareciese una bombilla encendida. Tras varios intentos, conseguí lo que buscaba: una foto de los embriones que resaltaban bajo la luz. Una foto que muestra el inicio de la vida, y la esperanza de que sobrevivan unas ranas que ya están desapareciendo de nuestro mundo».

Este artículo pertenece al número de Agosto de 2021 de la revista National Geographic.

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