El herbario del Museo de Historia Natural de Londres es una de las colecciones botánicas con más ejemplares del mundo. Custodia dos millones de especímenes recolectados a lo largo de más de 300 años, desecados y adheridos a las páginas de álbumes de gran formato, cada uno de los cuales se conserva hoy en su propia gaveta dentro de una cámara con control de temperatura y humedad.
Muchas de esas muestras son vestigios de un mundo pretérito, llevadas a Inglaterra por científicos de la talla de Carlos Linneo. En la época en que el Imperio británico alcanzó su máximo esplendor (entre 1815 y 1914), las plantas se recogían con objetivos científicos, médicos y económicos.
En este museo se reúnen, se preservan y ahora se han fotografiado plantas procedentes de todo el mundo.
Durante años, el fotógrafo Nick Knight hojeó los álbumes del herbario en busca de especímenes visualmente atractivos. Calcula que, junto con su mujer, Charlotte, examinó miles de muestras anodinas y parduzcas hasta dar con las más vistosas: un loto azul, una camelia.
Knight fotografió centenares de ejemplares en el minúsculo estudio que montó en el museo. A continuación, en la fase de posprocesado, eliminó las notas manuscritas originales y otros detalles para crear la sensación de que las plantas están flotando. Lo que queda de todo ese proceso es la belleza de la naturaleza, florecida en el pasado y captada para la posteridad.
Este artículo pertenece al número de Febrero de 2021 de la revista National Geographic.