¡Bum! El pasado 4 de marzo se estrelló contra la cara oculta de la Luna un amasijo de chatarra espacial que se deshizo en mil pedazos y añadió un nuevo impacto a los muchos que tiene nuestro satélite. Los astrónomos pudieron rastrear el cuerpo del cohete errante con la suficiente precisión para predecir el lugar donde impactaría, el cráter Hertzsprung, pero el punto exacto en que cayó dentro de una depresión de unos 570 kilómetros de diámetro seguía siendo un misterio hasta el pasado mes de mayo, cuando la nave Lunar Reconnaissance Orbiter de la NASA captó la imagen de un doble cráter recién formado al nordeste del cráter Hertzsprung. A medida que se acelera la exploración lunar, los expertos consideran necesario mejorar el seguimiento de los objetos en el espacio profundo e implantar una normativa para deshacerse de los restos de cohetes. «Tarde o temprano una de esas colisiones será más que un espectáculo curioso –advierte la arqueóloga espacial Alice Gorman, de la Universidad Flinders–. Algún día será un grave problema».

----

Este artículo pertenece al número de Agosto de 2022 de la revista National Geographic.

Más Sobre...
Luna espacio