Es sabido: entre los humanos, y también entre el común de los demás animales, el atractivo físico es importante a la hora de emparejarse. Los individuos más apuestos se asocian a unos genes de mayor calidad, lo que repercute positivamente en el éxito reproductivo. Pero… ¿La belleza es siempre una ventaja para ligar? No es el caso de los machos de papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca), un pequeño paseriforme común en nuestro territorio entre los meses de abril y septiembre. El precio que estos pájaros han de pagar por la belleza es demasiado alto, como ha evidenciado un grupo de investigación español que lleva 38 años estudiando una población de esta especie en los bosques de La Hiruela, en Madrid.

«La coloración de su dorso, una señal de atractivo y estatus social, va del marrón pálido al irresistible negro zaíno de los machos dominantes», explica el investigador postdoctoral David Canal, del Centro de Investigación Ecológica de Hungría. Los individuos con plumajes más oscuros llegan antes a las zonas de reproducción tras la migración primaveral, disfrutan de los mejores territorios y tienen más éxito con las hembras. «Cabría esperar que ser tan atractivo fuera un pasaporte directo hacia el éxito», dice Canal. Pero, añade, mantener ese sex appeal durante toda la temporada reproductiva es muy costoso: «Para obtener un territorio de buena calidad, los machos atractivos migran antes o vuelan más rápido para llegar en menos tiempo, arriesgándose a experimentar las condiciones climáticas adversas típicas de la primavera temprana. También han de defender su territorio frente a otros competidores, además de defenderse de los depredadores, que se fijan en su llamativo plumaje».

En conclusión: cuando toque alimentar y proteger a la prole, los más guapos estarán exhaustos y reducirán el cuidado de su descendencia, comprometiendo así su supervivencia. «En este estudio a largo plazo hemos podido comprobar que, en esta especie, los machos con un atractivo intermedio obtienen un mayor éxito reproductivo en términos de descendencia». Y es que, como pregonaba Aristóteles, concluye el ornitólogo, «en el punto medio está la virtud».

OTROS DATOS

El papamoscas cerrojillo es una pequeña ave migratoria insectívora de unos 13 centímetros de longitud que pasa los veranos en Europa y los inviernos en África. Su ciclo reproductivo se inicia en abril. La hembra suele poner entre 5 y 8 huevos que incubará durante unos 15 días. Tras eclosionar, los polluelos son alimentados por ambos progenitores.

Este artículo pertenece al número de Diciembre de 2022 de la revista National Geographic.