He recorrido el mundo entero tomando fotos de la naturaleza y los ecosistemas. Cuando en marzo de 2020 llegó la COVID-19 a los Países Bajos, mi país de residencia, me confiné en casa como toda la población. Y gracias a esa situación empecé a fijarme en las setas que crecían en el jardín de mi casa y en mi vecindario.

Que los hongos medran en entornos de humedad me quedó meridianamente claro en otoño de 2019, cuando los Países Bajos registraron unos niveles de precipitación excepcionales.

Pero quizá más importante que la humedad sea la madera podrida: contiene nutrientes que pasan al suelo, lo que a su vez beneficia a microorganismos, hongos e insectos. La cadena alimentaria en toda su extensión se beneficia de la madera en descomposición. En los Países Bajos los depósitos de madera, vestigio de las talas forestales de épocas pasadas,

Es posible que eso esté cambiando. En nombre de la prevención de incendios, palitos, ramas y árboles –el material que nutre a los hongos– están desapareciendo de algunos bosques holandeses. Con el auge de las centrales térmicas de biomasa, ese material puede transformarse en energía. Pero si se registran disrupciones en el ciclo forestal que crea suelo nuevo a partir de la descomposición de la materia orgánica, podríamos asistir a una merma de la diversidad de los hongos que tal vez tenga efectos sobre el ecosistema en su integridad.

En mi jardín he visto diversos hongos crecer y cambiar al ritmo de las estaciones. Mi seta favorita es la falsa oronja, con su pie blanco y su vibrante sombrero encarnado. Me encantó descubrir estas setas que lucen puntitos blancos, pero las de mi vecino eran todavía más hermosas. Le pregunté si le importaría esquivarlas cuando pasara el cortacésped para que yo pudiese hacerles una foto: es la que abre este artículo.

Si hay menos hongos, el bosque será menos rico desde el punto de vista ecológico… y más aburrido. Por eso siempre estoy deseando que llegue la humedad del otoño, para comprobar cómo vuelven a asomar.

Este artículo pertenece al número de diciembre de 2020 de la revista National Geographic.