Más allá de lo que te cuentan: los 10 rincones secretos de la Alhambra

Mazmorras, pasadizos, sótanos... Bajo el monumento más visitado de España existe un mundo paralelo. Conócelo en este artículo y, si necesitas más, amplíalo en nuestra revista del mes.

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La Alhambra es el monumento más visitado de España. Su emplazamiento único, frente al Albaicín, junto al valle del río Darro y con la sierra Nevada como telón de fondo, y la belleza incomparable de sus palacios, sus jardines, sus juegos de colores y volúmenes, los poemas que visten sus paredes y el rumor siempre presente del agua la convierten en un lugar mágico, joya de nuestro patrimonio. Impregnada de historia y de leyendas, la «Fortaleza Roja» se yergue majestuosa en la colina de la Sabika. Majestuosa y seductora, nos invita a adentrarnos en ella y descubrir sus rincones secretos.

Bajo el suelo de Alhambra existe un mundo paralelo, todo un entramado subterráneo de mazmorras, sótanos, pasadizos y adarves secretos, silos y aljibes. Espacios habitualmente cerrados al público que constituyen, hoy como entonces, su cara más oculta y narran el lado menos conocido de la vida en la ciudad palatina a lo largo del tiempo.

Puerta de las armas

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Puerta de las Armas

Fue una de las primeras edificaciones que hicieron los nazaríes en la Alhambra, y hasta prácticamente el siglo XV era la única de las cuatro grandes puertas de la ciudad palatina que conectaba directamente con la antigua ciudad de Granada. Se abre en la muralla norte, en la Alcazaba de la Alhambra. De influencia almohade, tiene arco de herradura apuntado y estructura interna en recodo, lo cual dificultaba el acceso al recinto fortificado en caso de asedio. Su azotea constituye un espectacular mirador sobre el Albaicín y el valle del Darro.

Mazmorra de la Alcazaba

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Mazmorra de la Alcazaba

La fortaleza nazarí guarda en sus entrañas una serie de mazmorras. Hasta el momento se han localizado 21 en todo el recinto palatino, varias de ellas en la Alcazaba. Se cree que servían para encerrar a los prisioneros con valor de cambio, a los que se descolgaba con cuerdas por el hueco central, a cielo abierto. Tenían forma de cuello de botella y planta circular, con pequeños espacios radiales separados por ladrillos que tal vez servían de camastros. En ocasiones estos espacios subterráneos se usaban también como silos. Hoy una puerta metálica sella el acceso a esta mazmorra de la Alcazaba y una estrecha escalera conduce a su interior.

Pasadizos de Comares

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Pasadizos de Comares

El gran público desconoce que justo debajo de la torre de Comares, el salón del Trono de la época de Yusuf I, hay un paseo de ronda oculto que configuraba el recorrido de los miembros de la guardia real, prestos a intervenir en una situación de emergencia. No solo se encargaban de velar por la seguridad personal del sultán, sino también de la protección de la Alhambra. Los pasadizos cubiertos son como estrechos callejones con entradas de luz puntuales a través de pequeñas ventanas. Este pasadizo bajo la torre de Comares continúa hasta llegar a escasos metros del río Darro –un antiguo derrumbe hizo impracticable su último tramo– y probablemente en algún momento supuso una vía clandestina para abandonar la fortaleza.

Silo Grande del Secano

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Silo Grande del Secano

Todo un entramado subterráneo horada la colina de la Sabika. Se trata de las dependencias humildes, pero imprescindibles para el funcionamiento de la ciudad palatina, las que servían para almacenar alimentos, como grano, especias o sal. El silo Grande del Secano, situado en la medina o ciudad cortesana de la Alhambra, es el más grande de todos. Oculto en la actualidad por una plancha cerrada con candado, se accede a él por una escala metálica que desciende en vertical como por una sima, salvando unos siete metros de altura.

Aljibe de Tendilla

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Aljibe de Tendilla

La falta de agua en la colina de la Sabika obligó a la construcción de un complejo sistema de canalizaciones, vasos comunicantes, albercas y aljibes para abastecer a la ciudad palatina. Algunos se construyeron en época cristiana. La explanada que hay entre la Alcazaba y el resto de la Alhambra oculta el aljibe más grande de la ciudad palatina, el aljibe de Tendilla. Fue construido en 1494 por Íñigo López de Mendoza, conde de Tendilla y primer alcaide de la Alhambra, y consta de dos naves rectangulares cubiertas con bóvedas de cañón y comunicadas por arcos.

Caballerizas

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Caballerizas

La puerta del Arrabal, al pie de la torre de los Picos, es, junto con la puerta de las Armas, uno de los accesos del flanco norte de la muralla que comunicaba la ciudad con la Alhambra. La torre de los Picos tenía una finalidad defensiva y también se utilizó como vivienda. La puerta cuenta con un pasadizo abovedado que da paso a cuarteles y caballerizas, cerradas a las visitas públicas por su especial fragilidad. De esta zona de las caballerizas sobresale una torre que en época medieval permitía la comunicación entre el conjunto de la Alhambra y los jardines del Generalife.

Escalera del Tiempo, Alhambra, Granada

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La "Escalera del Tiempo"

Símbolo del triunfo del emperador sobre el islam, el palacio de Carlos V se erigió anexo al de Comares, siguiendo un programa de integración del palacio renacentista con los Palacios Nazaríes. En la parte norte del magnífico patio circular hay una escalinata de piedra que desciende directamente al patio de los Arrayanes, transportándote atrás en el tiempo. De repente, en apenas unos escalones, uno pasa de la sobriedad del Renacimiento europeo a la saturación de los sentidos que destila la estética hispanomusulmana. Esta «Escalera del Tiempo», como la llama el personal de la Alhambra, une no solo dos palacios, sino también dos épocas, dos religiones y dos mundos. Fue construida en 1580 y pretendía exactamente eso: unir la vieja casa real con la nueva y legitimar el nuevo poder.

Sala de las Camas

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Sala de las Camas y Baño Real

Uno de los espacios más significativos de la Alhambra es el baño de Comares, de uso privativo del emir, el único hammam medieval islámico que se ha conservado prácticamente íntegro en Occidente. De la docena de baños que hubo en la Alhambra, este es el más grande, el más suntuoso y el mejor conservado. Junto a él se encuentra la sala de las Camas, un edificio de dos plantas que comunica en altura con el patio de los Arrayanes y con el palacio de los Leones. Era el lugar donde desvestirse antes de entrar en el hammam, heredero de las termas romanas. La limpieza es un precepto sociorreligioso en el islam.

Interior de la torre de la Cautiva

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Torre de la Cautiva

Una sucesión de torres-palacio, o qalahurras, flanquean la muralla norte de la Alhambra, como la torre de la Cautiva, un pequeño palacete construido en la misma muralla en tiempos de Yusuf I. Se trata de un baluarte defensivo cuyo interior oculta uno de los espacios más exquisitos de la arquitectura nazarí, bellamente decorado y con un magnífico programa poético de Ibn al-Yayyab inscrito en sus paredes y en el alicatado de sus zócalos. La tradición popular le otorgó ese nombre en el siglo XIX por considerarla la morada de Isabel de Solís, la rehén cristiana que enamoró al sultán Muley Hacén y acabó convirtiéndose al islam adoptando el nombre de Soraya. Tras la conquista de Granada, este hermoso edificio fue vivienda de los alcaides cristianos y de particulares en el siglo XIX.

Adarve de la muralla

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Adarve de la muralla

Las torres que jalonan la fortaleza están conectadas por medio del adarve de la muralla, un paseo de ronda situado en la parte superior e interior de la muralla que permitía el paso de la guardia y la defensa de la ciudad. Mientras que la torres-atalaya, con función militar, interrumpen el paso del adarve sobre la muralla, en las emblemáticas torres-palacio nazaríes que albergan en su interior una vivienda palatina el adarve las atraviesa por debajo mediante una galería inferior o un túnel. Es el caso del adarve que comunica la torre de la Cautiva con la torre de las Infantas (en la imagen). Está en el lienzo de la muralla norte, que discurre paralela al barranco por donde baja la cuesta del Rey Chico, el camino que separa la Alhambra de las huertas y los jardines del Generalife.

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