No hay ninguna otra una plaza que albergue más vitalidad, ni comprenda de mejor las tradiciones y costumbres de un país. Declarada Patrimoio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, en Djema el Fna se citan encantadores de serpientes, aguadores, cuenta cuentos, acróbatas y vendedores de cualquier cosa. A su alrededor, coronando los edificios aledaños, deliciosas terrazas para contemplar el espectáculo desde lo alto mientras se degusta una buena «tajine» o un té a la menta. El alminar de la Koutubia lo preside todo, abocado a este gran espacio flanqueado por los zocos de la medina, restaurantes y puestos de comida que al anochecer llenan el espacio de sugerentes aromas.
Gtres