Este verano austral ha sido el segundo más cálido desde que se registran datos en la Base Antártica Española de Juan Carlos I, situada en la isla de Livingston, en la Antártida. Por su parte, la Base Antártica Española de Gabriel de Castilla de la isla Decepción registró este año la temperatura más alta de los últimos 15 eneros según los datos provisionales con los que trabaja la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Con una temperatura de 13,1ºC, la temperatura registrada en la base de la isla Decepción supera en 0,4ºC al anterior récord de 2007 y se sitúa 8,3º C por encima de la temperatura máxima media, que suele ser de 4,8º C.
Estos datos, recogidos durante la campaña antártica de verano por el personal de la Agencia Estatal de Meteorología en el terreno, nos presentan un avance climático con una conclusión muy clara y contundente.
Durante el verano austral las estaciones meteorológicas de las Bases Antárticas Españolas han registrado temperaturas inusualmente altas.
Media en los últimos 15 años
La temperatura media de enero-febrero de 2020 en la base Juan Carlos I, en la isla Livingston, ha sido más cálida de lo habitual con una temperatura media de 3,5 °C y una anomalía de 1,3 °C respecto a la media de los últimos 15 años. Este verano ha quedado calificado como el segundo más cálido desde 2005 sólo superado por el de 2006 con 3,9 °C y una anomalía de 1,8 °C. Concretamente, el periodo comprendido entre el 9 y 10 de febrero fue especialmente cálido: en la base Gabriel de Castilla de la isla Decepción se llegó hasta los 13,1ºC, la temperatura más alta de los últimos 15 años, superando la anterior marca histórica situada en 12,7 ºC y que corresponde al 18 de enero de 2007. Por si fuera poco, los históricos 13,1ºC superan en más de 8°C la temperatura máxima media registrada en dicha estación.
Por su parte, en la base Juan Carlos I la temperatura máxima observada fue de 12,3 °C, aunque la cifra no supera el récord registrado el 19 de enero de 1994 con 15,5 °C, un valor muy elevado y complicado de superar. Este episodio de altas temperaturas en ambas bases se debe, principalmente, a la llegada de un flujo de aire cálido procedente del oeste y noroeste en toda la Península Antártica e islas Shetland del Sur.
Estos episodios de temperaturas altas, por sí solos, no constituyen evidencias del cambio climático, pero sí que ponen de manifiesto la necesidad de seguir monitorizando esta zona del planeta.