Una vacuna experimental de ácido ribonucleico (ARN) -misma molécula que en las vacunas contra la Covid-19- señala el camino para la investigación contra el adinocarcinoma ductil pancreático (PDAC), más conocido como cáncer de páncreas.

Los resultados del ensayo clínico, que se han publicado en la revista Nature, muestran una respuesta inmunitaria sustancial y un retraso potencial en la recaída en 8 de los 16 pacientes sobre los cuales se ha aplicado la vacuna, llamada autogene cevumeran.

El cáncer de páncreas es la tercera causa principal de muerte por cáncer en Estados Unidos y la séptima a nivel mundial. Esta enfermedad tiene una tasa de supervivencia del 12% y, a pesar de que la quimioterapia posterior a la cirugía ayuda a retrasar la recaída, casi el 80% de los pacientes vuelven a este diagnóstico alrededor de los 14 meses.

ASÍ SE COMPORTA EL CÁNCER DE PÁNCREAS

El índice de respuesta del cáncer de páncreas a los medicamentos llamados inhibidores de puntos de control (aquellos que permiten que las células T destruyan las células tumorales) es inferior al 5%. Es decir, se trata de un tipo de cáncer que no responde efectivamente a los tratamientos.

Esto se debe a que los PDAC tienen una baja tasa de mutación que genera pocos neoantígenos -proteínas nuevas que se producen cuando aparecen ciertas mutaciones en el ADN de un tumor-, lo que hace que tenga pocas células T infiltrantes, las encargadas de reconocer y destruir las células cancerosas.

 

 

Sin embargo, una investigación paralela ha demostrado que la mayoría de los PDAC de hecho albergan más neoantígenos de los detectados anteriormente. Esto significa que pueden ser utilizados como objeto de terapias vacunales personalizadas que potencien la actividad de las células T y conduzcan a una mejora en los resultados.

¿qUÉ RESULTADOS HA OBTENIDO la vacuna experimental?

El ensayo se realizó a 16 pacientes de cáncer de páncreas, excluyendo de la muestra a aquellos cuyos tumores se encontraban en estado metastásico. Cabe destacar que se trata de una tratamiento personalizado, con lo cual para cada paciente se fabricaron vacunas individuales de neoantígenos deARNm (acido rubonucleico mensajero). 

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ARN.

Autogene cevumeran, que se suministró acompañada de otros tratamientos como la cirugía y la quimioterapia, fue tolerable e indujo respuestas sustanciales en 8 de 16 pacientes. Además, a los 18 meses de seguimiento, los pacientes con células T expandidas por la vacuna (respondedores) tuvieron una mediana de supervivencia libre de recurrencia más larga en comparación con los pacientes sin células T expandidas por la vacuna (13,4 meses). 

El estudio también muestra cómo, del mismo modo que las vacunas experimentales contra el cáncer que precedieron a las del SARS-CoV-2 basadas en ARNm fueron fundamentales para acelerar las vacunas pandémicas, ahora estas han podido acelerar aún más los tiempos de fabricación de vacunas individualizadas contra el cáncer y permitir un tratamiento adyuvante más rápido.

Así pues, este nuevo ensayo, que ha obtenido resultados prometedores, devuelve la esperanza a los pacientes y es un hito para la lucha contra el cáncer más letal de todos, el de páncreas.

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