Rosalind Franklin desempeñó un papel crucial en el descubrimiento de la estructura del ADN. Ella era una química y cristalógrafa experta en la técnica de difracción de rayos X, que permite obtener imágenes de la estructura de las moléculas cristalizadas.

En la década de 1950, Franklin trabajó en el laboratorio de King's College London bajo la dirección de Maurice Wilkins. Durante este tiempo, produjo una serie de imágenes de rayos X de alta calidad de las fibras de ADN, siendo la más famosa la llamada "Fotografía 51". Esta imagen mostraba una estructura helicoidal, lo que sugiere que el ADN tenía una forma de doble hélice.

La Fotografía 51 fue compartida sin el conocimiento ni el consentimiento de Franklin con James Watson y Francis Crick, quienes también estaban trabajando en el problema de la estructura del ADN en la Universidad de Cambridge. La información obtenida de la fotografía les ayudó a desarrollar su famoso modelo de doble hélice del ADN, por el cual Watson, Crick y Wilkins recibieron el Premio Nobel de Medicina en 1962.

Sin embargo, unos nuevos documentos revelan que la historia no fue exactamente así.

LA FOTOGRAFÍA 51

En el 70º aniversario de la publicación del descubrimiento, la revista Nature rinde tributo a Rosalind Franklin con un estudio que reafirma su aporte y lo equipara al de Francis Crick, Maurice Wilkins y James Watson.

En primer lugar, los autores del nuevo estudio, el historiador de la medicina Nathaniel Comfort y el zoólogo Matthew Cobb, desmitifican la importancia de la Fotografía 51. Hasta ahora, la historia presentaba a Franklin "sentada frente a la imagen durante meses, sin lograr comprender su relevancia, mientras que Watson lo entendió de inmediato". Sin embargo, los autores argumentan que Franklin sí se percató de su importancia, e incluso más de lo que se pensaba anteriormente.

Comfort atribuye la percepción de Franklin como una técnica sin conocimientos profundos a 'The Double Helix' (La doble hélice), el libro de Watson publicado en 1968. En este libro, Watson describe a Franklin, a quien apenas conocía según el relato de su compañero Wilkins, quien sentía una notoria antipatía hacia ella.

Además, todos los involucrados en la historia, incluido Watson, sabían que no se podía deducir una estructura precisa a partir de una sola imagen (ya que otras estructuras podrían haber generado los mismos patrones de difracción de rayos X). Lo único que la imagen revelaba era que la molécula de ADN probablemente tenía algún tipo de forma helicoidal, algo que en aquel momento nadie ponía en duda.

Según las cartas y documentos originales analizados por Nathaniel Comfort y Matthew Cobb, lo que sí que pasó fue que Rosalind Franklin fue la primera de los cuatro co-descubridores de la doble hélice en darse cuenta de que las moléculas de ADN contenían "hélices grandes con múltiples cadenas y con los fosfatos hacia el exterior". Lo mencionó en un seminario en noviembre de 1951 al que asistió James Watson.

Como era habitual en él, Watson no tomó notas y dejó de lado algunos detalles importantes al contarle a su colega Crick. Juntos, desarrollaron su primer intento de estructura de ADN: un modelo incorrecto de triple hélice (y con los fosfatos hacia adentro) que no llegaron a publicar. Después de ese fracaso, su supervisor les prohibió continuar investigando el ADN durante 1952.

Paralelamente, Rosalind Franklin continuó progresando en su trabajo. Pero, de hecho, fue el estudiante de doctorado Raymond Gosling, bajo su supervisión, quien tomó la icónica Fotografía 51 en mayo de 1952. Gosling y Franklin habían perfeccionado su técnica hasta lograr que esa imagen fuera la más nítida de rayos X tomada del ADN (en su esquiva forma B) en aquel momento. Sin embargo, por sí misma, esta imagen no tuvo más mérito que esa claridad y, posiblemente, haber impresionado a James Watson.

WATSON Y CRICK NO ROBARON LOS DATOS

La historia, hasta ahora, también contaba que Watson y Crick se aprovecharon de Franklin, robándole el hallazgo. Sin embargo, las cosas tampoco parece que discurrieron de ese modo. En enero de 1953, Francis Crick fue invitado a una nueva conferencia de Franklin y Gosling en el King's College de Londres, donde presentarían esos datos. De acuerdo con una carta descubierta por los autores del nuevo estudio, en la invitación se asumía que Crick ya conocería los datos a través de su supervisor, Max Perutz.

Franklin ya sospechaba que Watson y Crick podrían estar al tanto de sus datos. Nathaniel Comfort y Matthew Cobb aclaran ahora que, por esta razón, no se puede afirmar que Watson y Crick robaron la información de Franklin. Perutz les había proporcionado los datos de manera informal, ya que había tenido acceso a un resumen preliminar antes de su publicación. No obstante, enfatizan que "deberían haber pedido permiso a Franklin para utilizar esos datos y también haberle informado sobre cómo los estaban empleando".

A pesar de que Comfort admite que Franklin pudo haber sido tratada de manera condescendiente por Watson y Crick en las pocas ocasiones en que se encontraron, señala que "después de 1953, cuando la conocieron independientemente de Wilkins, fueron amables, profesionales e incluso afectuosos".

De hecho, en una de las primeras presentaciones públicas de la doble hélice, realizada en la Royal Society Conversazione en junio de 1953, los autores de los tres artículos de 'Nature' firmaron conjuntamente. En ese momento, el descubrimiento de la estructura del ADN no se percibía como una competencia ganada por Watson y Crick, sino como el producto de un esfuerzo colaborativo. Es decir, que de haberse descubierto antes estos documentos, Franklin no habría sido presentada hasta nuestros días como una “heroína agraviada”.

En cuanto a si Franklin merecía compartir el Premio Nobel de 1962 por el descubrimiento de la doble hélice del ADN, el nuevo artículo de Comfort y Cobb no deja lugar a dudas de que eso sí que fue una injusticia manifiesta. 

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