El paisaje del planeta enano está modelado por fluctuaciones estacionales extremas y dominado por una exótica mezcla de metano, nitrógeno y monóxido de carbono helados. La misión New Horizons de la NASA revelará más detalles durante el verano plutoniano, cuando el calor del sol llega a su máximo en una órbita que dura 248 años terrestres. Los paisajes de Plutón ilustrados en estas páginas son tres posibilidades científicamente verosímiles. Caronte parece flotar a lo lejos.
Tres posibilidades, de arriba abajo:
SUPERFICIE TECTÓNICA
Las capas de metano helado se vuelven marrones y amarillas por la irradiación ultravioleta de las moléculas atrapadas en el hielo. La topografía accidentada, los géiseres activos y el rift lejano sugieren procesos geológicos dinámicos que borran los cráteres de impacto y pueden indicar la existencia de un núcleo planetario caliente.
SUPERFICIE BARRIDA POR EL VIENTO
Los cambios de estado del hielo, de sólido a gaseoso y otra vez a sólido, producen vientos poderosos que esculpen la superficie de Plutón. Hay picos erosionados, recuerdo de antiguos cráteres de impacto, y en las mayores altitudes se forma hielo de agua. La radiación ultravioleta arranca el hidrógeno del metano helado y deja una pátina de polvo negro de carbono.
SUPERFICIE ONDULADA
Los hielos de Plutón cambian continuamente de estado, escapando a la atmósfera para enseguida condensarse y volver a la superficie. En ese proceso, rellenan las hondonadas suavizando la superficie, hasta convertirla en un terreno con ligeras ondulaciones. Los diferentes tipos de hielo reaccionan con la luz solar y la radiación cósmica a distinto ritmo, por lo que se forma grava helada (en primer término).