La Tierra de la era mesozoica estaba poblada por terribles dinosaurios de la talla del tiranosaurio rex o el Spinosaurus, pero los herbívoros no eran simples presas indefensas. Desde cuernos hasta colas que podían partir huesos, muchos de ellos podían provocar heridas mortales a sus cazadores. Repasamos algunas de estas armas letales de los “lagartos terribles”, que demuestran que a veces el mejor ataque es una buena defensa.