En las profundidades del océano Pacífico se ha encontrado un área llena de criaturas que no conocíamos. Esa es la buena noticia. La mala, que ya están en peligro.
La Zona Clarion-Clipperton (CCZ, por sus siglas en inglés) es una región en el océano Pacífico oriental que se extiende aproximadamente desde las costas de México hasta Hawaii, con una longitud de unos 4.500 kilómetros y una anchura de 1.500 kilómetros. Es una región de profundidades abisales, que van desde 4.000 a 5.500 metros bajo la superficie del mar.
Además, es rica en nódulos polimetálicos, también conocido como nódulo de manganeso, es una formación rocosa que se encuentra en los fondos oceánicos. Estos nódulos contienen cobalto, cobre, manganeso, níquel y otros metales raros. Estos nódulos son de particular interés debido a su potencial uso en la fabricación de baterías para vehículos eléctricos y otras tecnologías emergentes.
El lugar, pues, es de gran interés para la industria minera. No obstante, también es un reservorio de biodiversidad que ahora está empezando a descubrirse.
UNA SORPRENDENTE BIODIVERSIDAD
En un reciente estudio, se llevó a cabo una exhaustiva recopilación y análisis de más de 100.000 registros publicados de animales hallados en una determinada zona, algunos de los cuales datan desde la década de 1870.
Sorprendentemente, alrededor del 90 por ciento de las especies mencionadas en estos registros no habían sido previamente descritas: solo se habían identificado aproximadamente 440 especies, mientras que había alrededor de 5.100 sin nombres científicos.
Los investigadores señalan que la mayoría de las criaturas no descritas pertenecen a las categorías de gusanos y artrópodos. Sin embargo, también se encontraron otros animales en la zona, como esponjas, pepinos de mar y corales, según refiere el estudio publicado el 25 de mayo en Current Biology.
MUCHO POR DESCUBRIR Y PROTEGER
El estudio también resalta que muchas de las especies mencionadas solo han sido encontradas en la zona, lo que subraya la importancia de establecer una referencia básica de biodiversidad antes de que se inicie cualquier actividad minera. No obstante, recopilar datos en esta área profunda y remota resulta difícil y costoso.
Además, es importante tener en cuenta que los ecosistemas de aguas profundas están interconectados con los ecosistemas que se encuentran en niveles superiores, especialmente a través del ciclo de nutrientes. Los científicos requieren un mayor entendimiento de la Zona Clarion-Clipperton y áreas similares para prever cómo los impactos de la minería pueden extenderse hasta la superficie del océano.
Su futuro probablemente será objeto de un equilibrio entre la protección ambiental y el desarrollo económico.
En resumen, la Zona Clarion-Clipperton es una región de aguas profundas que es rica en minerales valiosos pero también hogar de ecosistemas únicos y frágiles.
Sin embargo, a pesar de las preocupaciones ambientales, el interés comercial en la CCZ está creciendo, impulsado por la demanda de metales para tecnologías emergentes.