Desde la aparición del hombre y el comienzo de la evolución humana, los relojes biológicos se sincronizaron armoniosamente con los ritmos de la naturaleza. Son estos relojes los que organizan las funciones del organismo en un modo cíclico a través de los conocidos ritmos circadianos, gestionados por el cerebro y regidos por la luz que entra a través de los ojos. Su funcionamiento es tan vital que ir en contra del ritmo que marcan puede desencadenar ciertas enfermedades. ¿Quieres saber más? Entonces, no dudes en reproducir el vídeo adjunto.